Editorial
Paro de la salud municipal
El paro de la salud municipal que se desarrolla a nivel nacional y que en Arica y Parinacota ha sumado gran adhesión, es una señal de alerta que no se puede ignorar. Los trabajadores han alzado la voz ante una crisis que se arrastra desde hace años: violencia contra los funcionarios, déficit de personal, infraestructura deficiente y un sistema colapsado por la creciente demanda.
Los relatos de agresiones físicas y verbales a los trabajadores de los centros de salud son alarmantes. Que funcionarios sean golpeados, escupidos o víctimas de ataques en sus lugares de trabajo es inaceptable. La escasez de horas médicas y la sobrecarga en los centros de atención primaria no son culpa de quienes entregan su labor diaria en condiciones adversas.
Sin embargo, son ellos quienes terminan pagando las consecuencias de un sistema que no da abasto.
El problema de infraestructura es otro factor que agrava la situación. Centros de salud con sobrecarga eléctrica, box de atención en condiciones inadecuadas, postas rurales sin recursos básicos y hasta socavones en recintos relativamente nuevos, evidencian la falta de planificación y control en la construcción de estos establecimientos. La pregunta es inevitable: ¿se están haciendo construcciones de calidad o simplemente solucionesparche?
El paro de la Confusam es una manifestación legítima de un problema estructural que las autoridades deben atender con urgencia. No basta con mesas de trabajo o promesas de soluciones a futuro. Se requiere inversión concreta en infraestructura, contratación de personal suficiente y, sobre todo, medidas efectivas para garantizar la seguridad de los trabajadores y pacientes.
La salud primaria es la primera línea de atención para miles de chilenos y no puede seguir en estado crítico. La población ha crecido, la demanda ha aumentado, pero los recursos y la gestión parecen haberse quedado atrás.
Es el momento de que el Estado asuma su responsabilidad y garantice un servicio de salud digno, tanto para los usuarios como para quienes entregan su trabajo en condiciones cada vez más precarias.
"El paro de la Confusam es una manifestación legítima de un problema estructural que se debe atender".