A 60 años de la hazaña deportiva que recorrió el mundo al instante
Un 10 de junio de 1962 el estadio Carlos Dittborn fue testigo del memorable triunfo de Chile ante la ex Unión Soviética.
Deportes - La Estrella
El 10 de junio de 1962 la selección chilena se jugaba su opción de seguir avanzando a las semifinales del mundial en una ciudad que pocos sabían de ella y que de la nada se había convertido en una acogedora subsede.
Cerca de 18 mil personas llegaron esa tarde al estadio "Carlos Dittborn" para ser testigos del triunfo por 2 a 1 ante el poderoso elenco ruso de entonces.
Rubén Saavedra, coleccionista de reliquias y anécdotas del mundial y particularmente de la subsede Arica comenta que "en ese partido hubo dos goles de trascendencia, para el análisis por la ejecución perfecta de Leonel Sánchez, en el tiro libre y el lanzamiento de distancia de Eladio Rojas, venciendo a Lev Yashin, el mejor arquero de la historia".
Saavedra señala que "patear un balón y convertir un gol es fruto de una compleja comunión entre las habilidades de un jugador y las leyes de la física. Bien lo sabía Leonel Sánchez y su inverosímil tiro libre de junio del 62 contra el pórtico ruso custodiado por el mítico Lev Yashin. Fuerzas como la gravedad y la sustentación, además de la turbulencia, ayudaron a marcar el tanto que puso de pie a 17.268 almas en el estadio de Arica".
Y además, en ese partido hay un gol memorable, por su importancia y trascendencia, es el gol del triunfo convertido por Eladio Rojas.
Ese domingo 10 de Junio de 1962, el oriundo de Tierra Amarilla de Copiapó, después del empate ruso, a los 28 minutos del primer tiempo, recibió la pelota, en un pase de Leonel Sánchez. Eladio Rojas, hace un control orientado, y desde 40 metros, sacó un misil con su pierna diestra, que se alojó en el arco que defendía la "Araña Negra", el mítico y legendario Lev Yashin.
Un gol, que fue una explosión de júbilo para todos los hinchas que se encontraban presentes en el estadio, los que fueron testigos de un gol técnicamente bueno y trascendente.
Cuando terminó el partido el carnaval se desató en la cancha y en las calles de la pujante ciudad que despertaba de un letargo de muchos años de la mano de la Junta de Adelanto.
El entrenador Fernando Riera y los jugadores fueron levantados en andas por los ariqueños y la noticia recorría el mundo depotivo.