Nos eligió, y no pudimos ayudarlo...
Decir pájaro es definir libertad, libre albedrío...
De la nada, en la tarde del sábado, apareció en la terraza de nuestro departamento un pájaro, de tamaño medio, se paró en el muro y empezó a caminar lentamente, de un lado a otro, como buscando un lugar para descansar, y noté que mi presencia no lo importunaba, incluso me acerqué un poco más y no volaba, y no volaba...
Al rato nos dimos cuenta que algo le pasaba, porque se echó en un rincón y se quedó casi inmóvil, entonces todos empezamos a buscar la forma de ayudarlo, de partida darle agua, con un gotario, ó darle algo de comer, en realidad ni lo uno ni lo otro recibió, incluso llamamos a la veterinaria de nuestra gatita para que nos ayudara, pero no pudimos ubicarla...
Tras algunas horas, logramos que tomara algo de agua, pero se veía mal, y así pasó la noche con nosotros, al día siguiente, seguía muy débil, no quería recibir nada, solo algunas gotitas de agua...
Ya en la tarde del domingo, de un momento a otro, intentó volar, pero se cayó al suelo, y comenzó a aletear desesperado, y abriendo y cerrando su pico, lo volvimos acomodar en su cajita, pasaron solo minutos y se durmió para siempre...
Decir pájaro, es decir libertad, tal vez la naturaleza, tenía decidido su destino, y ante la posibilidad de sanarse y que lo dejásemos en una jaula prisionero, terminó ejecutando su designio,... Pero cómo le explicábamos a nuestro sorpresivo visitante volador, que apenas se sintiera bien, podría emprender de nuevo su vuelo, nunca pudimos hacerlo, nunca nos hicimos entender, solo nos quedó la tranquilidad de que nos eligió para vivir sus últimas horas y que hicimos todo para que volviera a volar, pero no tuvimos éxito, qué hicimos mal, qué nos faltó hacer, para lograr que siguiera viviendo su apreciada libertad...
Hoy domingo, en un bosque frente a un eucaliptus, lo devolvimos a la tierra...
Son estos hechos inesperados, que nos sacan de la rutina del día a día, que nos muestran lo frágil de la vida, como de un momento a otro, dos más dos no es cuatro, todo puede cambiar, y que siempre, a pesar de lo vertiginoso de nuestras vidas, nos hacen conmovernos y recordarnos que antes que nada, somos seres humanos, y lo más importante a valorar más la vida, y todo nada más y nada menos, que por la visita inesperada y corta de un ser alado, que ni tuvimos el tiempo de ponerle un nombre...
Decir pájaro es definir libertad, libre albedrío...
Luis Enrique Soler Milla