Ellas abren el mundo de adultos enseñándoles a leer y escribir
En la región hay nueve mil personas analfabetas y a través del programa Contigo Aprendo, voluntarios entregan cariño y conocimientos
Muchas personas creen que en la actualidad prácticamente es imposible que una persona no sepa leer o escribir, sin embargo en la región el número de personas analfabetas es de 9.000. Estos ariqueños no pueden escribir una carta, leer el diario, tomar una micro solos ni zambullirse en los mundos que permiten conocer los libros y para que esto cambie es que desde el año pasado comenzó el programa Contigo Aprendo.
Daniela Valenzuela Ortega es una de las monitores que vivió esta linda experiencia de regalar conocimiento, motivada por un experiencia personal inspiradora.
Vocación
Daniela, al igual que el resto de los monitores, es una profesional que no necesariamente es profesora de lenguaje, pero cuenta con vocación para compartir y enseñar.
"Soy profesora de educación física y fue un desafío, era una gran variedad de alumnos, algunos no tenían estudios, pero sabían algo de lectoescritura. En mi caso tuve una alumna de 70 años que no sabía nada, y que tenía mucho miedo de aprender, era muy tímida".
Daniela se sentía muy identificada con esta alumna en particular ya que su motivación por participar como monitor nació de su abuela quien decidió aprender a leer y escribir a una edad similar.
"Mi abuelita era analfabeta y a los casi 70 decidió aprender a leer y lo logró. Ella vivió hasta los 90 años y se murió leyendo libros, ese fue su mayor aprendizaje de vida, eso me motivó entrar en este voluntariado porque más que un trabajo en sí hay una gran entrega emocional, mucha contención mutua porque uno está con pares".
Daniela recuerda que cuando era adolescente su abuela le pedía a su madre que le escribiera las tarjetas de navidad porque ella no sabía y después de aprender, todas las noches se dormía leyendo un libro.
Por esta motivación personal, Daniela realizaba actividades complementarias con los alumnos como llevarlos a museos y pudieran practicar lo aprendido en clases.
Ser un aporte
Lorena Aguileira fue monitora el año pasado y este año asumió como encargada regional del programa de alfabetización Contigo Aprendo. De formación actriz, Lorena recuerda que su motivación nació desde una experiencia con una persona en situación de calle con la cual realizaba un taller de teatro.
"Aliro no sabía leer nada y me sorprendió pensar cómo vive en este tiempo sin saber. Cuando apareció este programa, me dije que sabiendo como limita a las personas esta situación no podía quedarme sin hacer nada. Al final todos somos responsable y podemos hacer algo para que se solucione".
Salir adelante
Johanna González tiene 42 años y participó del programa de alfabetización para recordar cosas que había olvidado, pronunciar mejor y retomar la enseñanza básica, la cual abandonó debido a la situación económica que vivió de niña y una mala experiencia.
"Yo dejé la escuela porque mis padres no tenían dinero para mandarnos, éramos ocho hermanos y teníamos que usar el mismo uniforme. Mi hermana iba a clases de 8 a 1 de la tarde y cuando salía, me pasaba el uniforme para usarlo de 2 a 6 de la tarde, pero a veces mi hermana no me prestaba el uniforme así que dejé de ir".
Johanna considera que es bueno este programa porque hay mucha gente que no tiene estudios y a través de él pueden salir adelante.
"No importa la edad que se tenga para poder estudiar. No era mucho lo que sabía leer ni escribir, tenía compañeras que no sabían nada de 68 años, pero todas salimos adelante, aprendimos matemáticas y lenguaje".
En el programa pueden participar chilenos, extranjeros, personas en situación de calle e incluso personas sordas.
Las clases son dos veces a la semana de ayo a noviembre. Los interesados pueden inscribirse en la seremi de Educación ubicada en Arteaga 30, llamando al 952552100. A los alumnos les regalan cuadernos, libros, lápices e incluso lupas si tienen problemas de visión.