Editorial
La posibilidad de que gane el Rechazo
El triunfo del Apruebo no se ve tan claro como el que se vislumbraba tras el 80% de respaldo que tuvo el redactar una nueva Constitución.De hecho ya no es un escenario al que se rehuya y fue el propio Presidente de laRepública Gabriel Boric quien entregó su postura en la eventualidad de que gane el Rechazo y planteó la idea de llamar a una nueva elección de una Convencional Constituyente.
No deja de llamar la atención el planteamiento presidencial que es partir de cero y buscar nuevos convencionales, porque es una posición no antes sugerida y que significa una pérdida de tiempo.
En síntesis, la derrota del Apruebo es una opción que ya no se descarta, aunque quienes los apoyan antes de rendirse agotarán las instancias para que eso no ocurra. Incluso, no restándose de campañas que plantean la opción de Aprobar para Reformar, que no es más que contar como base con el texto entregado por los convencionales y aplicarle las modificaciones que sean necesarias.
Asienten y coinciden en que lo entregado es perfectible pero que los cambios sólo se pueden hacer desde el escenario de una victoria del Apruebo.
Otros creen que el Rechazo es el mejor camino y que hay aspectos olvidados en la actual Constitución que se deben reformar, incluso tomando la propuesta de la exPresidenta Michelle Bachelet y Ricardo Lagos.
La centroderecha se muestra abierta a definir los mecanismos para que se realicen cambios y abogan porque la fórmula de 4/7 en el Congreso para realizar modificaciones avance. Pero bajo la premisa de un triunfo del Rechazo y acordar modificaciones en esos términos de quorums pactados.
Posibilidad que no comparten - y con justa razón- desde la izquierda por la seguidilla de negativas a cambios que ha presentado ese sector político en las últimas décadas. Especialmente cuando Michelle Bachelet quiso avanzar en reformas y se encontró con el candado y sin la posibilidad de concretar acuerdos reformistas.
Partir de cero sería como una "bofetada" a los chilenos que creyeron en los constituyentes, en su capacidad de diálogo, en levantar las reformas esperadas, en hacer de Chile un país más digno sopesando todos las condiciones que tenemos como nación. Tomar lo mejor de lo ya obrado y redactar un documento moderno que tal vez no genere un apoyo total, pero sí que represente el sentir de quienes busquen un país más justo, solidario y evolucionado.
"Partir de cero sería una "bofetada" a los chilenos que creyeron en los constituyentes"