En busca de inclusión y diversidad
1-¿Cómo partió este libro? -No estaba pensado como libro. Un día se me ocurrió escribir para mis charlas y capacitaciones un manual que condensara datos y números de leyes. Muchas de las conversaciones que tenía me generaban reflexiones y quería compartirlas. Mi primer libro sobre inclusión ("Downtown")me llevó a otros lados. Así que ordené estas conversaciones y de alguna manera logré "sacármelas de encima". Así, de repente, empezó a tomar forma "Diferentes". Lo envié a la editorial con poca fe, pero ahí está publicado y ahora espero escribir un libro de ficción que hace rato me espera para que lo termine.
2-¿Qué pudiste reflexionar? -Todo puede ser "inclusivo", pero hay un desconocimiento total de leyes y derechos. La educación inclusiva es, en el mejor de los casos, integrativa: le pide a la persona "diferente" esfuerzos supremos para ponerse a la altura del resto, en vez de acogerlo con toda su diversidad. Es lo mismo que tolerar: las personas no existen para que otro las "tolere". No es buena voluntad: es derecho. Me molesta que al hablar de inclusión se apela a la empatía. No es desde ese lugar que debemos comunicar: es desde el derecho de la otra persona a acceder a rehabilitación, educación, salud y vida social.
3-¿Cómo estamos respecto a los derechos de las personas con discapacidad? Mejor que hace 20 años, pero aún no es obligatorio que los colegios reciban a niños, niñas y adolescentes con discapacidad. Uno de cada diez egresa de educación media. Hay una ley que obliga a las empresas de más de cien personas a contratar un 1% de personas con discapacidad, lo que es absurdo, si no les hemos dado educación. Muchos prefieren pagar la multa a incluir y sobre la ley de inclusión en los colegios hay padres, madres y apoderados haciendo lobby para que no nos reciban. Una falta de humanidad impresentable.