Día del Soldado Conscripto: factor de cohesión social y desarrollo nacional
Este Día nos permite reflexionar sobre la importancia del Servicio Militar para el devenir de Chile.
Ricardo Kaiser Onetto, - Oficial de Ejército
Cada 18 de mayo se celebra el "Día Nacional del Soldado Conscripto", conmemoración instituida mediante Decreto Supremo del año 2007, como una forma de reconocer y destacar la labor que realizan miles de mujeres y hombres que, cumpliendo la mayoría de edad, realizan su Servicio Militar en todo el territorio nacional. Pero también es una fecha de profundo recogimiento, ya que ese día, pero en el año 2005, tuvimos la irreparable pérdida de 45 camaradas, 44 de ellos soldados que voluntariamente habían optado por servir a Chile a través de las filas del Ejército. Este hecho dejó una profunda huella en el alma de todos los chilenos y, por cierto, en todos quienes vestimos el uniforme de la Institución.
Este Día nos permite reflexionar sobre la importancia del Servicio Militar para el devenir de Chile. En efecto, es destacable la aceptación que tiene entre la juventud, pues miles de jóvenes hoy lo cumplen desinteresada y voluntariamente, viendo en este deber cívico no sólo una manera de servir a los chilenos, sino que también una ruta de aprendizaje, formación del carácter y desarrollo personal.
Es precisamente en el Servicio Militar donde miles de jóvenes se empapan de la historia de Chile y sus héroes, que también fueron soldados de la Patria. Este aspecto constituye la base de nuestra identidad como nación. Es así como durante su estadía en los cuarteles militares, los soldados aprenden de efemérides como el natalicio del Padre de la Patria, general Bernardo O´Higgins Riquelme, o hechos de armas como el Asalto y Toma del Morro de Arica, el 7 de junio de 1880, o el Combate de La Concepción, el 9 y 10 de julio de 1882. Esta última fecha fue instituida para que todos los integrantes del Ejército hagan su Juramento a la Bandera, cuyo simbolismo está en la renuncia a la propia vida si fuese necesario. A través de conferencias o alegorías patrióticas, los soldados recuerdan el sacrificio de nuestros antepasados que forjaron la identidad de lo que hoy somos como sociedad: un pueblo de esfuerzo, sacrificio y perseverancia. Nuestros soldados saben de eso y lo demuestran en cada acción que acometen.
Y a propósito de acciones, son los soldados del Ejército quienes junto a sus líderes están en la primera fila cuando hay que enfrentar alguna emergencia. Nuestro país ha enfrentado grandes catástrofes y son miles los conscriptos que han demostrado su vocación y sacrificio para acudir en apoyo de la población cuando ha sido afectada. Este es otro motivo para que hoy celebremos y nos sintamos orgullosos de ellos.
La sólida formación física, intelectual y valórica que reciben nuestros soldados les permite enfrentar múltiples desafíos. Cada entrenamiento -realista, riguroso y relevante-, se traduce en destrezas que van adquiriendo para cumplir con el rol del Ejército entregado por la Constitución: defender la soberanía nacional e integridad territorial, proteger a la población, instituciones y recursos frente a cualquier amenaza. Es por ello que estos jóvenes soldados son nuestra principal fuerza, lo que nos permite tener un elevado alistamiento y disponibilidad operacional para cumplir con la tarea que el Estado nos entrega.
El Servicio Militar, que desde el año 1901 ha sido un factor de cohesión social y desarrollo para Chile, hoy se engalana para homenajear a los miles de soldados que, de manera voluntaria, decidieron incorporarse a las filas del Ejército de Chile para servir a nuestra patria, desde Putre, en el altiplano nortino, hasta Porvenir en la Isla Grande de Tierra del Fuego.
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