Un aniversario para reflexionar
Es cierto que se ha escrito bastante en estos 14 años de vida autónoma, pero en lo concreto, Arica y Parinacota, una región geopolíticamente estratégica, llena de potencialidades naturales y ventajas comparativas, aún no logra levantar vuelo hacia un horizonte de desarrollo sostenido, o al menos nivelar los estándares del avance estructural que presentan las restantes regiones del país.
Tal vez lo más ingrato y doloroso para las expectativas de la comunidad, es que, aún logrando en estos últimos años coincidir en ciertos avances de planificación como por ejemplo, la identificación de la vocación productiva regional (Turismo, Agricultura y Servicios) y sus lineamientos a largo plazo, todos contenidos en una socializada y transversal "Estrategia Regional de Desarrollo", sumado a los diferentes Planes de desarrollo comprometidos por los Gobiernos de turno, además de contar con diferentes instrumentos y beneficios especiales para la inversión, la región continúe estancada y lo peor sin conducción.
Sin duda hemos fallado y no es difícil identificar los errores cometidos, porque están hoy a la vista, al igual que sus consecuencias.
La Falta de liderazgos regionales, asumiendo que las responsabilidades de conducción son piramidales y recaen directamente en nuestras autoridades, principalmente cuando estas carecen de competencias y visión panorámica estratégica.
Por consecuencia de lo anterior, un segundo punto es la falta de Ejecución y Focalización de la Inversión Pública regional, la cual a lo largo de estos años, no ha logrado fortalecer los ejes de Desarrollo Regional, consolidar la anhelada "Base productiva" y en definitiva lograr atraer inversión privada mayor a la región.
Creer que la región escalará y será sostenible en el tiempo, solo con orientar la inversión pública en obras sociales como viviendas básicas, barrios, parques entre otras si bien necesarias, abandonando definitivamente las grandes obras estratégicas estructurales para el desarrollo, es otro gran error regional.
En este nuevo y pálido aniversario de la creación de la Región, el mensaje a nuestras autoridades es claro, más que a celebrar, el llamado es a reflexionar, mirar el difícil escenario que se viene, para corregir los fallos cuanto antes.
Eduardo Flores Veas