Editorial
Caídas dolorosas
Este lunes alrededor de todo el mundo se vivió un apagón muy especial, luego de que las plataformas de Facebook, Instagram y WhatsApp quedaran fuera de servicio por alrededor de seis horas. El hecho podría haber quedado en lo anecdótico, sin embargo tuvo un impacto que en algunos casos, llegó a ser muy importante.
Y es que WhatsApp, principalmente, se ha convertido no sólo en una aplicación para comunicarse entre amigos y familias sino que también era una herramienta para grupos de estudios o hasta de trabajo. Durante este periodo de pandemia, en que muchas tareas han tenido que realizarse a distancia y el teletrabajo ha sido la tónica en muchas empresas, el uso de esta red la elevó a un estatus muy particular.
Es por eso que la caída del lunes acaparó la atención de los usuarios en todo el planeta, y también las quejas. En Chile este problema tuvo además otro antecedente: se dio justo en el día en que comenzaba el CyberMonday, el evento de tres días de comercio electrónico en donde el funcionamiento de este tipo de plataformas es clave.
Es muy interesante reflexionar respecto a todo lo que rodea a una falla en un sistema que prácticamente terminó dejando sin conexión a millones de personas en todo el mundo. Eso habla de que las maneras de comunicarnos han estado cambiando y hoy dependen de tecnologías que escapan de nuestro control.
Nuestra dependencia de las redes sociales va mucho más allá de la simple necesidad de querer conversar o saber de alguien, tiene que ver con la manera en cómo nos comunicamos de la forma más diversa. Estudiantes, profesores, taxistas, trabajadores, buena parte de la sociedad, ha dejado en estas plataformas su conexión entre sí y con el mundo.
Se trata de algo que es y que no va a cambiar, por lo menos, por lo pronto. Pero ante ello, una de las lecciones que nos deja este apagón es la necesidad de tener siempre alternativas que ayuden a mantener aquellos lazos digitales cuando alguno de ellos falla, como de hecho ha pasado y cómo puede volver a pasar.
"La caída de plataformas como WhatsApp dejó en evidencia la dependencia de la tecnología para comunicarnos".