Editorial
Para pensar y actuar
El 15 de diciembre de 1972, la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) aprobó una resolución que designaba el 5 de junio Día Mundial del Medio Ambiente. Es por eso que por estos días, el mundo ha puesto especial atención en la delicadeza y la fragilidad del ambiente en el que vivimos, especialmente debido a la falta de conciencia y cuidado del ser humano.
Esta conciencia nació en el mismo año 1972, cuando entre el 5 y el 16 de junio se celebró en Estocolmo (Suecia) la primera gran conferencia sobre cuestiones relativas al medio ambiente, que permitió dar vida a esta fecha especial y a la vez, crear el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), el organismo especializado para tratar los temas medioambientales.
Especialmente en este siglo, la conciencia ambiental y los efectos que tienen las actividades humanas en nuestro entorno, han tomado un espacio que hasta hace unas décadas no existía. O simplemente, se trataba de una conversación que no estaba en la opinión público ni en la sociedad humana en general.
Lentamente, nos hemos ido dando cuenta de que el daño que hacemos a la naturaleza se revierte hacia el mismo ser humano. Sin embargo, de manera lamentable se trata de una sensibilidad que todavía no está generalizada.
Hace sólo unos días, se analizaba el sobregiro del ser humano respecto de los recursos que el planeta le entrega. De hecho, nuestro país entró en sobregiro ecológico el 17 de mayo, lo que significa que en estos momentos estamos sacando del planeta lo que no le podemos devolver.
Es por eso que resulta vital para el planeta y para nosotros mismos que las políticas destinadas a la conservación y al reciclaje sigan avanzando, lo mismo que aquellas que toman en consideración el eliminar la contaminación y el impacto humano en las más diversas formas.
Pero no existe política que resulte mientras cada persona asuma esta tarea con el protagonismo que le corresponde. EN esto, las pequeñas acciones se transforman, en conjunto, en grandes conductas que pueden dar un respiro a la Tierra.
"El Día Mundial del Medio ambiente nos debe llevar a reflexionar también en nuestro propio protagonismo".