Editorial
Pensando en el retorno a las aulas
Esta semana el ministro de Salud, Enrique Paris, daba cuenta que más del 50% de la población objetivo está vacunada contra el coronavirus y ya se ha recuperado el flujo de vacunación diaria, lo que permitiría llegar a fines de junio con el 80 % de la población inoculada, que ha sido el objetivo del Gobierno.
Es por ello que es necesario iniciar un debate con altura de miras respecto a un eventual retorno a las clases presenciales, de modo que se despejen todas las dudas y se evalúen los escenarios. En ese sentido, debiera instalarse una mesa multiprofesional que analice profundamente el tema, sobre todo considerando que está a punto de iniciarse el segundo semestre del año.
Si bien desde el Colegio de Profesores han sido contrarios al retorno, al menos en las primeras fases del plan "Paso a paso", argumentando que todavía es inseguro reabrir las aulas, es clave que al menos se continúe avanzando en la implementación de los protocolos, toda vez que tarde o temprano se generará el retorno.
De acuerdo a lo que plantean expertos y autoridades, el avance de la vacunación ha permitido reducir considerablemente las posibilidades de agravarse producto del coronavirus, y aunque los contagios seguramente seguirán por un buen tiempo, esto es un factor importante a la hora de evaluar cómo se debe enfrentar la presencialidad en las aulas.
No hay nada peor que no discutir los temas, por lo mismo se requiere que se analicen los pro y los contra de mantener a toda una generación de niños sin acceso a una educación de calidad, sobre todo cuando la actual condición afecta principalmente a los escolares de menores recursos.
Es importante, entonces, que se comience a diseñar un plan donde participen profesores, apoderados, directores, sostenedores, Colegio Médico e infectólogos, entre otros profesionales que pueden establecer las bases para un retorno seguro.
Para llegar a acuerdos, primero hay que sentarse a conversar y escuchar al otro, donde por el bien de los niños y las familias, el problema no puede transformarse en un objeto de lucha política entre distintos sectores. La decisión debe ser sin duda bajo criterios serios.
"Es necesario iniciar un debate con altura de miras respecto a un eventual retorno a las clases presenciales".