Editorial
El éxito de la Roja femenina
Esta semana regresó al país la Selección Chilena Femenina de Fútbol, que logró una histórica clasificación a los juegos olímpicos de Tokio, luego de dejar atrás en el repechaje a la selección de Camerún.
Tras un largo viaje y la respectiva cuarentena, el equipo nacional se encuentra en el país ya con la mente puesta en este nuevo desafío, que nuevamente deja una serie de reflexiones respecto a la importancia que está ganando el balompié femenino.
Recientemente, por ejemplo, también se siguió con mucho interés por parte de la afición nacional, el desempeño de los clubes chilenos en la Copa Libertadores de América femenina, en donde la Universidad de Chile tuvo un buen desempeño. Vemos como también la Roja en esta serie ha logrado participar en un Mundial, lo que significa avances enormes para este deporte que definitivamente se ha abierto espacios entre las damas, rompiendo así prejuicios, una cultura machista y una inexplicable discriminación.
Sin duda este es uno de los aspectos más admirables del avance de este deporte en las mujeres. Sin embargo, lo mismo que lo hace admirable en estos nuevos escenarios, también exige que el desempeño femenino en la carrera futbolística también sea valorado como se hace con los hombres.
El fútbol chileno femenino debe dejar atrás el amateurismo que aún se observa en la gran mayoría de las instituciones, que ni en las mejores circunstancias logran siquiera acercar las condiciones, comodidades y regalías que tienen los hombres que también participan del balompié rentado.
A su llegada al país, las seleccionadas nacionales recibieron una serie de regalos y reconocimientos. Las felicitaciones y aplausos se han escuchado de Arica a Punta Arenas, como una honesta evidencia de admiración y respeto.
Sin embargo, es tiempo ya que el fútbol chileno femenino se transforme realmente en una disciplina fuerte, profesional y que sea capaz de equiparar las condiciones en las que se desenvuelven los futbolistas hombres y las mujeres.
"El avance del fútbol femenino en el país demanda mucho más que aplausos y merecidos reconocimientos".