Niños y resiliencia
Si bien no es posible proteger a nuestros hijos de todas las adversidades que la vida les depara, está en nuestras manos entregarles las herramientas que le permitan responder de manera adecuada a ellas. Mientras antes lo hagamos, mejor equipados estarán para desenvolverse en todos los escenarios que le tocará vivir en el corto, mediano y largo plazo.
Los padres somos la principal fuente donde los niños aprenden a ser resilientes, por eso debemos intencionarla día a día. Generar entornos seguros y predecibles dentro del hogar les permite practicar e imitar habilidades sociales, expresar opiniones sin miedo de ser cuestionados y entregar los patrones de lo que esperamos de ellos. Es importante que procuremos practicar la coherencia entre lo que decimos y hacemos, y que nuestros estados de ánimo no supediten la convivencia diaria.
También es importante que aprendamos a cultivar el arte de vivir, es decir, aprender a disfrutar de pequeñas actividades familiares como las conversaciones de sobremesa, cocinar juntos o ver una película en familia. Puede ser fácil decirlo, entendiendo que los padres muchas veces estamos con sobrecarga laboral que nos impide atender nuestras responsabilidades parentales, sin embargo, ponerlo en práctica, les enseña a los niños, que todo tiene su tiempo, que podemos trabajar duro, pero siempre habrá tiempo para disfrutar, regalonear y descansar. Es como decirles que después de la tormenta sale el sol.
Paula Fuentes
Directora de Carrera Pedagogía en Educación Básica
Universidad de Las Américas