Un asesino silencioso
La hipertensión es más común de lo que creemos y se conoce como el "asesino silencioso", ya que no manifiesta síntomas. La presión arterial se define como la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de las arterias al ser bombeada por el corazón. Cuanto más alta es la tensión, más esfuerzo tiene que realizar el corazón para bombear y se conoce como hipertensión arterial y obliga al corazón a trabajar mucho más allá de su capacidad, por lo que puede dañar los vasos sanguíneos, pudiendo ser mortal, ya que puede derivar en un infarto cardíaco o cerebrovascular, en insuficiencia cardíaca o renal o en daño visual, entre otros.
La presión arterial se mide en base a dos cifras: Presión sistólica: es la cifra más alta y corresponde a la presión existente en las arterias cuando el corazón se contrae. Diastólica: es la cifra más baja y se da cuando el corazón descansa o se relaja entre latidos.
La presión arterial normal es de alrededor de 120/80 mm Hg. en un adulto sano en reposo. Sin embargo, esta puede aumentar en algunas ocasiones, como por ejemplo al hacer deporte, fumar consumir alimentos como el café. Pero si la presión persiste alta, se debe consultar a médico o acudir al centro de salud más cercanos.
Según datos de la última Encuesta Nacional de Salud, el 27,6% de la población es sospechosa de padecer esta enfermedad, presentando en sus controles, presión arterial elevada, mayor a 140/90 mmHg.
¿Cómo prevenir? es recomendable adoptar hábitos saludables como realizar actividad física a lo menos tres veces por semana, consumir una dieta alimenticia balanceada y con poca sal, disminuir el consumo de alcohol, mantener un peso adecuado y no fumar, entre otros, permite tener una mejor presión arterial a lo largo de la vida", concluye la enfermera.
Patricia Donoso E.
Directora de Escuela Facultad de Enfermería U. Andrés Bello