Centro de vacunas para Chile

Solo Brasil y Argentina tienen en Sudamérica centros productores de vacunas. Chile lo tuvo hasta inicios de siglo, hasta que una decisión de Estado definió que ello no era necesario, toda vez que el país podía importar los medicamentos.

Hoy, con la pandemia de coronavirus en pleno desarrollo, ha quedado en evidencia que tener instituciones permanentes en este ámbito debiera ser una prioridad. No son un gasto, sino una inversión, una reserva fundamental para enfrentar procesos de magnitud como los que hoy vivimos.

Sabemos que varios países y laboratorios están trabajando en el desarrollo de una vacuna contra el COVID-19. Inglaterra, Estados Unidos, China, entre otros, los que en algún momento tendrán los frutos esperados.

Hay que agregar que la demanda por el activo será enorme, de la totalidad del planeta, incluido Chile, lo que puede traducirse en que la consecución de las inoculaciones no será nada fácil de obtener, en cantidad y rapidez.

Todo sería más sencillo si el país contara con un centro productivo de vacunas.

Lo alentador es que hay un proyecto en desarrollo hace bastante tiempo y que tiene una posibilidad real de concretarse gracias al apoyo público y privado. Un aporte es el que brindó la empresa productora de litio, Albemarle, la que está disponible para entregar US$10 millones del acuerdo que tiene con Corfo por la explotación del mineral no metálico en el Salar de Atacama.

A esto podrían añadirse los US$ 7 millones que tiene el Gobierno Regional por los beneficios del contrato entre Corfo y SQM. Vale decir, tendríamos US$ 17 millones de los aproximadamente US$ 21 millones requeridos. Esto haría posible fabricar varias vacunas, por ejemplo, alguna que se desarrolle para el covid.

El beneficio para Chile es enorme y para Antofagasta, los términos son bien notables, ya que implicaría avanzar en un desarrollo de punta que será cada vez más importante porque seguramente enfrentaremos este tipo de desafíos con mayor recurrencia.

El acuerdo público privado será fundamental para avanzar. Chile puede hacerlo.

"Ha quedado en evidencia que tener instituciones permanentes en este ámbito debiera ser una prioridad".

Nos quedó como poncho

Cuando Chile fue invitado a ser miembro de la OCDE en 2010, todo parecía indicar que nuestra nación verdaderamente merecía tal distinción, que en palabras del entonces Ministro de Hacienda Andrés Velasco, "daba a Chile la oportunidad de aportar a esa organización, con una nueva perspectiva sobre desarrollo social y el crecimiento de la economía dentro del contexto global. "

A diez años del ingreso de Chile a la OCDE, el entusiasmo de hace una década se ha tornado en desencanto, especialmente cuando en 2019 el estallido social puso en evidencia la inequidad del sistema, echando por tierra la posibilidad de equilibrar la balanza en términos de los ingresos percibidos, por quienes viven de un salario y aquellos que son dueños de los medios de producción y piensan que su responsabilidad termina cuando crean puestos de trabajo, que son mal remunerados.

Según la estadística, Chile es el país miembro de la OCDE con mayor desigualdad. En la actualidad, el ingreso anual es de unos 28.000 dólares per capita; lo cual en ningún caso significa que cada chileno gana esa cantidad. Este era un guarismo, que resulta de la división del Producto Interno Bruto y el número de habitantes del país.

Al ingresar Chile a la OCDE, la idea era que el país hiciera suyos los principios de desarrollo social y equidad que impulsa ese organismo y así, al cabo de un tiempo, los ingresos de la clase trabajadora y media se incrementarían, al percibir gradualmente una parte de la riqueza nacional. Sin embargo, la situación actual muestra lo contrario, cuando el 20% más rico recibe ingresos que son 10.031 veces más que los que recibe el 20% más pobre de la población.

El espíritu de mejorar el día a día de quienes viven en Chile, no prendió. Vale decir, el principio de cerrar la brecha de la desigualdad nos quedó como poncho. Al menos es lo que sugiere el editorial de la revista The Economist, al referirse al hecho de que Chile en realidad no es un país cercano al desarrollo, como hasta ahora creíamos; sino que en realidad es otro país latinoamericano, que resulta ser el campeón de la OCDE en desigualdad.

"A diez años del ingreso de Chile a la OCDE, el entusiasmo de hace una década se ha tornado en desencanto".

Jaime Gómez,, doctor en filosofía

Voto electrónico escolar

Destacable es el hito marcado por la escuela Tucapel para realizar una elección de centro de alumnos vía voto electrónico. De hecho, el Servel supervisó la experiencia pionera a nivel nacional. Aplausos.

Evitar aglomeraciones

Con el término del mes de julio, ariqueños podrían querer acercarse este lunes al centro para realizar diversos trámites bancarios. Esperemos que las aglomeraciones no predominen en 21 de Mayo. A cuidarse más que nunca.

La noche en silencio

Con la restricción implementada en fines de semana durante todo el día, más el toque de queda, las noches este fin de semana estuvieron más silenciosas que nunca. El poco ruido ambiente permitió un descanso más profundo en los ariqueños.