"Se presume culpable", esta frase, incluso ya descartada de la terminología legal, hoy me hace reflexionar y la traigo a colación a partir de lo que con preocupación veo en los equipos de Salud y, en particular, de mi equipo cercano en el contexto de la presión asistencial y cargas laborales debido a la Pandemia.
Esta analogía pone de manifiesto que lamentablemente un error (que por lo demás puede que no lo sea), un retraso, o incumplimiento según una planificación, genera una serie de reclamos a todo nivel, dando a entender que las personas no realizan su función al parecer porque no quieren, es decir, se "presumen culpables".
El personal ha manifestado a más de 3 meses del comienzo de la Pandemia, el cansancio, estrés, sobrecarga, angustia, miedo, pena, rabia, etc. Con ello, a veces solo falta una palabra de agradecimiento y reconocimiento de que lo que se hizo, se intentó, se cumplió tal vez a deshora, pero se realizó; que a pesar de incumplir con necesidades básicas de descanso y alimentación propias, se logró la labor, etc.
Los equipos de Salud, quienes realmente trabajan con los pacientes, han mostrado "con carteles" lo agotados que están. Pedimos empatizar con nuestra labor a quienes desde una planilla o un escritorio, mueven las piezas pensando que se podrá "mostrar eficiente gestión". Las instituciones o procesos que dependen de personas, necesitan personas. ¡Ojo! No he puesto nada en este relato que tenga que ver con dinero, hablo de humanidad y valores de otro tipo. Yo les digo y sugiero que no estiren mucho el elástico de su personal, porque ese elástico está a punto de romperse, y es ahí donde el agradecimiento y la empatía llegarán muy tarde.
No "presumamos culpables", donde hay muchos inocentes...
Kinesiólogo José Luis Sufán
Académico U. Andrés Bello