Daniela Viviani continúa su saga del Chile Centenario en las salitreras
Buscando identidad
1-¿Cómo nació "Víctor 1907"?
-Fue la biografía de Teresa Wilms Montt, de Ruth González-Vergara, la que despertó mi gusto por la Belle Époque chilena. Partí contando la historia ficcionada de una feminista, con "Luisa 1912" y luego seguí con la de un rebelde: "Víctor 1907". Para ambas novelas, rescaté el lenguaje de las revistas, diarios y publicidad de esa época porque plasman muy bien la visión de esos tiempos. Para el lenguaje pampino, tomé de base los libros del historiador Sergio González.
2-¿Qué relación mantienes con tus personajes?
- Mientras escribo, puedo ver claramente las escenas como si se tratara de una película y entonces trato de tomar nota lo mejor posible. Lo mismo ocurre con los personajes, están todo el día en mi cabeza. Ese es un proceso muy entretenido, pero un poco peligroso si te pilla caminando por la calle. Al personaje de "Víctor 1907" le tengo gran simpatía, pero el carácter de Luisa, tan reticente a tomar decisiones, me provocó más de un bloqueo de escritura.
3-¿Encontraste en la prensa de la época testimonios sobre un amor lésbico?
- En mis investigaciones encontré casos de mujeres que ejercían sus oficios haciéndose pasar por hombres. Queda la incógnita de si trabajaban por necesidad o para ocultar un amor lésbico. El personaje de Luisa está inspirada en las españolas Elisa y Marcela que vivieron en La Coruña y cuyo matrimonio se hizo público en esa época. Esa historia le llega a Luisa/Víctor por medio de su tío Eulalio y le hace reflexionar sobre esta pareja de manera recurrente.