Constanza Espinoza Morales
Alrededor de cinco días han pasado y, a pesar de las constantes limpiezas, todavía es posible percibir en el ambiente el rastro de la lacrimógena que ingresó al hogar de una familia que reside en el punto neurálgico de las manifestaciones en la ciudad.
Todo ocurrió la madrugada del sábado, en el sector del pasaje Las Peñas de la población Camilo Henríquez, cercano a la rotonda Tucapel, cuando Francisco Campillay se encontraba en la sala de su hogar, sentado en un sillón mientras jugaba con una consola.
En un momento, el joven se levantó para dirigirse a la cocina, y en menos de dos minutos, sintió el sonido de un vidrio rompiéndose, por lo que se dirigió devuelta a la sala, encontrándose con una cortina de humo que le nubló la visión y que comenzó a hacer estragos en su respiración y en la de las otras dos ocupantes del inmueble.
Luego de darse cuenta que el visillo de la cortina y un sillón comenzaban a incendiarse debido a la lacrimógena que cayó, llamaron al 133, sin embargo, sólo les informaron que debían llamar a los Bomberos, lo cual hicieron inmediatamente.
A pesar de su limitada visión tras lo ocurrido, Francisco salió en busca de ayuda, esperando encontrarse con las Fuerzas Especiales de Carabineros que estaban lanzando las lacrimógenas.
Sin embargo, efectivos policiales ya no estaban en el lugar, y a cambio se encontró con los manifestantes que estaban apostados en el lugar.
La ayuda
Francisco les solicitó ayuda, ante lo cual los manifestantes se dirigieron hasta la casa para ayudar.
"Con las pañoletas sobre sus caras entraron a la casa a darnos agua. Nos ayudaron a sacar la lacrimógena de la casa y a mover los muebles y a apagar el fuego", comentó Victoria Campillay, hermana de Francisco y quien también se encontraba dentro del inmueble cuando todo ocurrió.
"Es terrible, porque uno no sabe qué hacer ni cómo reaccionar en esos casos, y uno es consciente que al vivir aquí pueden pasar estas cosas, pero los Carabineros deberían fijarse en no lanzar las lacrimógenas a las casas", agregó Victoria.
Tras la llegada de Bomberos, finalmente se pudo controlar la emergencia, lamentando sólo un visillo de cortina, un vidrio roto y un sillón dañado.
Debido a la situación, desde Carabineros informaron que según los protocolos, ante la presencia de fuego o incendio corresponde llamar a Bomberos, quienes son los encargados de este tipo de emergencia.
Por su parte, el comandante del Cuerpo de Bomberos de Arica, Patricio Morales, señaló que este tipo de hechos no son comunes y que se trata de una situación aislada, ya que normalmente las lacrimógenas son lanzadas en la vía pública.
"Como indicación, tratar de sacar la lacrimógena lo más rápido posible, para que este tipo de situaciones no se produzcan", agregó el comandante.
Peligro en el sector
El gas le provocó a los miembros de la familia irritación, náuseas y problemas para respirar, entre otros efectos.
Tras el incidente, se percataron que habían caído tres lacrimógenas en el lugar; una que cayó al domicilio, otra al techo, y una última en el patio de los vecinos.
Además, los afectados señalaron que los habitantes del sector corren un constante peligro debido a las lacrimógenas que caen tan cerca y en los techos de otros vecinos.