"Más allá de ser una buena surfista, hay que ser completa"
Fica dedica todo su tiempo a este deporte, y su gran sueño es poder llegar a los Juegos Olímpicos.
Si Arica es conocida por su buen clima, playas y las momias Chinchorro, las más antiguas del mundo, a nivel de personajes en el mundo deportivo, la surfista Lorena Fica Flores, es una de las mejores cartas de presentación de la región y nada menos que a nivel mundial.
Hija de Antonio Fica, médico ginecólogo en una clínica y en el Hospital de Arica y de Lorena Flores, profesora, la ariqueña de 22 años empezó en este deporte cuando sólo tenía 9 años y había que elegir en qué deporte inscribirla durante el verano.
A los 14 años participó en su primer mundial en Lima, Perú, y allí se supo que la joven iba a ser de las mejores.
Lorena es surfista profesional, tricampeona nacional y está en el ranking WQS de la World Surf League siendo la exponente chilena mejor posicionada de la historia.
Su hábitat es la ola El Gringo, en la exisla El Alacrán, la que puede llegar a ser la más peligrosa de Chile y una de las más peligrosas del mundo; una ola que da gloria al que se mantiene en pie, y azota contra las piedras al que no. Una ola que rompe huesos, cabezas, narices, y que persiguen los principales surfistas del planeta.
Accidentes
-Cómo te enfrentas a este deporte, has sufrido accidentes?
-Una vez me rompí la nariz y hace poco en enero tuve un corte con la quilla de mi tabla donde tuve que ponerme como seis puntos y casi me rompo los ligamentos. Las olas siempre se parecen y con solo ver su forma, se sabe si viene "buena" o "mala". Con solo ver su loma, se sabe si debe correrse a la derecha o a la izquierda, si hay que subirla remando en la tabla, nadar para ir a buscarla o dejar que llegue y te arrastre. Todas son decisiones que se toma en segundos. En el caso de El Gringo es una ola difícil, que le rompe los nervios a cualquiera. Las heridas son inevitables, te las haces con las quillas, con las rocas, al salir corriendo, siempre. Son cortes y los cortes duelen, pero me acostumbré.
El recorrido
-¿Cómo te ha ido y has realizado un camino en este deporte?
-El surf es súper subjetivo. Como la gimnasia. A veces es muy fácil beneficiar al local. A mí me tocó con una sudafricana. Y claro, en las dos últimas olas le dieron un 5. Yo necesitaba un 4.24 y me dieron un 4.23. Antes, eso para mí era muy frustrante, pero después me di cuenta de que hay que hacerse una imagen, hay que hacerse un nombre y que te empiecen a conocer.
-¿Qué has perdido con la práctica del surf?
-Me cuesta mucho encajar con gente de mi edad. La mayoría de mis afines son personas mayores que yo. En mi colegio todas hacían ballet; yo también hice ballet, pero me discriminaban, hice cheerleader, vóleibol, todo lo que todas tenían que hacer. Pero no me resultó.
-¿Te dedicas sólo al surf, cómo ves tu futuro?
-En el 2014 tuve un puntaje que al año siguiente me permitiría entrar a Ingeniería Comercial en la Universidad Adolfo Ibáñez. Yo no me imaginaba haciendo otra cosa que no fuera estudiando, porque estaba acostumbrada a eso. Pero recibí una oferta de ser rostro de Rip Curl, la famosa línea de ropa de surf, que me daría financiamiento para empezar a competir en el tour mundial. Desde entonces, solo me dedico a surfear, a cumplir un sueño. El surf es algo que no tienes cómo sacarte. Mil veces, cuando he tenido malos momentos, me pongo a pensar: mejor me meto a estudiar, estoy perdiendo el tiempo. Pero después creo que tomé la mejor decisión.
-¿Qué tal te ha ido en estos últimos años?
-2017 fue uno de mis peores años en cuanto a resultados. Bueno, mi peor año. Ni siquiera el Nacional lo gané. Decían que me faltaba confianza, pero siento que surgí, me di cuenta de los errores, lo que puedo mejorar. Tomé el ritmo, y con mi intuición creo que puedo conseguir mayores resultados.
-¿Cómo enfrentas las olas?
-Cuando tengo una buena ola y puedo hacer mis líneas, me va bien en las competencias. El problema es que en el circuito mundial las olas son muy chicas y hay que hacer lo que quieren ver los jueces: agresividad. Entreno ocho horas diarias, seis días a la semana. Pero al mar me meto todos los días. Incluso en Año Nuevo. Me acuesto temprano, pero me levanto a las 10 a surfear.
Los apoyos
-¿Qué apoyo tienes para tu carrera?
-En parte el surf es vender ropa. Yo dependo de los privados y ellos quieren vender ropa. Entonces, hay que hacer una imagen tipo modelo, aparecer en fotos. Ser simpático, ser cercano a la gente ayuda un montón, porque llama la atención, más allá de ser una buena surfista hay que ser completa, en verdad. A mi me apoyó la confitería Dicomex y el 2015, con el auspicio de Rip Curl, decidí dedicar tiempo completo a este deporte, llegaron otros, varias marcas de implementos de surf, una conocida cerveza. El Mall Arica me eligió como su embajadora.
-¿Qué referentes tienes en este deporte?
-Está Jessica Anderson, Janelle Anderson y Trinidad Segura: Saqué las mejores cosas de ellas. Por ejemplo, la Trini es muy buena para los medios, para las redes, muy bonita, sabe cómo llamar la atención. Ese es su atributo máximo. Es muy simpática. De cada una fui viendo qué resaltaba.
Las únicas surfistas que no necesitan vivir de los auspicios son las que se mueven en el World Champion Tour, donde llegan las 16 mejores del mundo con premios en dólares.