La mil y una historias del orfebre que se ganó el apodo de El Sultán
De los nombres bíblicos en su familia, de la relación de amor y odio que tuvo con varios alcaldes de Arica y de cómo se siente al ser el único hombre en la Agrupación de Madres Solteras, habla Juan Méndez.
Tan poco común como que su madre se llamaba Eva, su tío Adán, su hermana María, su cuñado José y al hijo de ambos le pusieron Jesús, es la historia de Juan Méndez Torres (o Pablo Blue), el orfebre nacido hace 86 años en Parral, pero que con 18 en Arica, ya es un personaje.
Con su taller en el casco antiguo de la ciudad, frente al Parque Vicuña Mackenna (Yungay con General Arteaga) el hombre es número fijo en cuanta feria de emprendimiento haya ya que es el único hombre entre todas las féminas de la Agrupación Madres Solteras, creadas hace ya más de cinco años, con la idea de exponer por lo menos una vez al mes distintos productos confeccionados por ellos mismos.
De ahí que el fin de semana pasado, en la Feria de Emprendimientos realizada en la Plaza Colón y que duró dos días, el hombre se ganó el apodo de El Sultán, gentileza de la directora del Fosis, María Isabel Cid, quien lo bautizó como tal, por ser "bendito entre todas las mujeres".
"Me conocen hace mucho, porque me invitan a menudo a actividades donde podamos exponer lo que hacemos y el fin de semana pasado, no fue la excepción. Ahí la directora del Fosis me puso El Sultán y me dijo que yo era bendito entre todas las mujeres", cuenta.
"La orfebrería es un trabajo muy bonito, pero muy minucioso y hay que tener harta paciencia".
- ¿Qué tipos de trabajos hace?
- Lo último que hice fue una vitrola en miniatura. También hago zapatos con monedas que ya no utilizan y el otro día me tocó confeccionar un baúl de 3 centímetros y medio con tapa y todo, que tiene 74 remaches.
- ¿Cómo cayó en Arica?
- Soy de Parral y la verdad es que una vez me las di de bravo y tomé mis únicos 5 mil pesos que tenía y partí, miércale. Llegué a Santiago, el dueño de un bus me regaló un pasaje y después me devolví a la séptima región, donde retomé los estudios, conocí a una pareja, llegué hasta octavo básico y terminé cuarto medio. Por ella llegué aquí.
- ¿No conocía Arica?
- No. Ella era de Iquique, pero de un rato a otro se enfermó de esclerosis múltiple. El médico me dijo que me iba a durar 5 años y que me viniera a Arica, por el clima y lo fácil de llegar a los lugares. Aguantó 15 años y se me fue.
- ¿Cómo le va con esto?
- Me alcanza para vivir. Vendo en las ferias de emprendimiento y creo diseños a pedido. Ahora que viene Navidad, los más románticos, los que aún quedan, me compran para hacer regalos.
- Verdad que lo pasaban multando por romper las calles.
- Pero era de casualidad. Resulta que cuando aplanaba con un martillo las monedas, lo hacía en la esquina. No me di cuenta y tenía las veredas hechas polvo. Me pasaban multando y no le miento que me agarré como con tres alcaldes, pero terminaron queriéndome. De hecho Paredes me regaló una silla de ruedas eléctrica para mi pareja, Valcarce me agradeció cuando ayudé a su mamita que se había caído, y Sankán y Urrutia cuando podían, venían a verme o me saludaban.