María Ester Bacho, tiene 82 años y a pesar de que vive con una escuálida pensión de vejez, decidió poner a disposición parte de sus ingresos para impedir que los restos del destacado historiador y escritor ariqueño Alfredo Wormald terminen en una fosa común.

"Ojalá que otras personas también puedan colaborar, porque Alfredo fue parte de la historia, él fue uno de los pocos que subía en burro a los pueblos del interior para conocer y escribir sobre ellos", recordó María Ester.

La señora Bacho conoció a la esposa de Alfredo Wormald gracias a las actividades que organizaba el grupo católico Amac.

Por su parte, Ricardo Castro, presidente del Comité de Protección del Patrimonio Histórico, Cultural y Ecológico de Arica, sugirió que las autoridades deberían dar una sepultura digna para rendir homenajes al que una vez fue un gran personaje de la ciudad.