El Fisco Peruano adquirió el terreno que atraviesa la actual Av. Santiago Arata el año 1935, actuando como particular según las normas de esos años. De acuerdo a lo decretado por el Ministerio de Obras Públicas, a aquel terreno le correspondía cumplir la normativa de camino público, por encontrarse en zona rural.
En 1958 el MOP dictó el plan regulador en el cual ya incluía la carretera panamericana como vía existente y a la que se le aplicaba la misma normativa de camino público, lo que significa que desde entonces se podían efectuar todas las inversiones necesarias para implementar y pavimentar la llamada Panamericana de entonces, no siendo necesario expropiar ese trazo para realizar obras ahí. Desde aquella fecha se podía comprobar con certeza de que dicha franja de terreno ya era un Bien Nacional de Uso Público conforme a la definición del Código Civil. Más aún, desde 1971 el plan regulador mantuvo como vía existente y dentro del límite urbano la Panamericana Norte.
En 1986 el MOP decreta al tramo urbano de la Panamericana como camino público lo que significa que afecta también a dicha franja de terreno de propiedad del Fisco Peruano. Así, el terreno señalado ostenta desde su inicio la calidad de camino público, permitiéndose siempre y sin dificultad la inversión en él, por lo que lamentablemente hace algunos años atrás la autoridad hizo madrugar demás a los trabajadores para realizar una obra de pavimentación ahí.
Con tristeza a lo largo de los años hemos sido testigo que muchísimas autoridades obviaran las diferentes normativas, avivando el mito, en donde uno y otro no hizo más que repetir la historia contada con tanto entusiasmo por algunos, sin siquiera indagar los otros, la veracidad de lo señalado y peor aun tomando decisiones utilizando esos hechos como base.
Un trabajo serio logró derribar el mito, ya que en febrero se dio continuidad a la ciclovía en dicho terreno a pesar de que quienes me antecedieron en el cargo habían asegurado que no era posible invertir ahí.
Dicho todo lo anterior es lamentable que años atrás muchos hayan trabajado de noche, pavimentando aquel sector como si se le hubiese tenido que ocultar algo a alguien, pudiendo tranquilamente haberlo hecho de día.
Luego de estos datos ¿alguien se atreverá a querer deslumbrar con la historia del Chinchorrazo?
Evelyn Müller Jara