Una tarea con Arica para este 2016
Se habla del Plan de Zonas Extremas, de miles de millones de pesos invertidos en mejorar el borde costero, en tener mejores calles, en arreglar las aceras del centro, en recuperar edificios patrimoniales, en construir un Museo Chinchorro digno de esta región y su historia. Y así, podrían enumerarse decenas de esfuerzos, sólo hablando de los actuales, que se están realizando en la ciudad y por la comunidad, para hacer de nuestra Arica una ciudad digna de los sueños de sus habitantes con una verdadera identidad.
Hablamos de obras que con mayor o menor visión estratégica se han estado encargando de darle un nuevo rostro a la ciudad, así como antes también se hicieron otras que intentaron cumplir con un objetivo similar, pero que se diluyeron en el tiempo.
No sólo fueron víctimas del paso de los años, o hasta de los elementos, sino que fueron sucumbiendo, tristemente, ante el maltrato y el desprecio de personas a quienes no les importa ni pareciera interesarles ver una ciudad que avanza, una ciudad que puede ser atractiva y que necesita de la participación de todos para que brille con la luz que merece.
Uno de los grandes desafíos que tendrá la comunidad ariqueña para el año que se avecina, es poder mantener y consolidar los avances que por ahora comienzan a verse. El desarrollo urbano y la imagen e la ciudad no depende sólo de lo que sean capaces de hacer las autoridades.
La destrucción del mobiliario público, o de juegos infantiles, de escaños y plazas; el rayado de muros, la presencia de basura y escombros en cualquier lugar, no es algo que esté en manos sólo del municipio o del gobierno regional. Es una tarea que le atañe a cada ciudadano y ciudadana.
Es una tarea grande aprender a querer a nuestra ciudad. Aprender a cuidarla, porque son aquellos cuidados los que motivan nuevas inversiones para su hermoseamiento. No podemos olvidar que es ésta nuestra gran casa, la primera que nos acoge a nosotros y también a quienes nos visitan.
Hagamos de nuestro hogar, un lugar más que agradable, una ciudad amable, vistosa, limpia y digna de visitar.