Daniel Campusano y "El sol tiene olor a papaya" en la sala de clases
Del odio al amor
-¿Por qué una alumna insolente puede fascinar a un profesor?
- Porque esta alumna es repudiada por aquello que más sospechas provocan en el profesor: la institución escolar y sus discursos mesiánicos o exitistas.
El profesor Antonio se mira en un espejo que lo saca del letargo, le da chispa y lo protege en un lugar donde -entiende rápidamente- nunca podrá acomodarse.
Agustina, por su parte, descubre en él su misma inconformidad y eso le produce una confianza, casi inédita, hacia una presencia adulta.
-¿Por qué el universo escolar es una historia sin fin?
- Se presenta como el espacio más seguro posible, un reducto normado y tecnificado, pero en el cotidiano hay tanto vaivén emocional que, finalmente, todo se hace impredecible, dúctil y, muchas veces, absurdo.
Se encuentran personas en desarrollo con adultos a quienes se les exige toda la madurez y estabilidad posible. Y por esto, el profesor suele ser una figura aturdida y confusa.
Las demandas sentimentales son tan intensas que él debe esconder, casi por supervivencia, la mayoría de sus fragilidades.
- ¿Cuál es la diferencia entre un colegio caro y uno en el que no se paga?
- El carácter clientelista de sus apoderados y el miedo a todo lo que pueda incomodarlos. Observé, también, el culto a las pruebas estandarizadas, únicamente por sumar más que el colegio vecino (los alumnos irán, de todos modos, a la universidad).
Respecto a los adolescentes, las frustraciones y ansiedades son, en muchos puntos, asombrosamente parecidas. Las dos caras enfrentan intensas expectativas de su entorno. Y se les transmite un miedo desmedido al futuro.