El futuro será cada vez más eléctrico, en especial a medida que autos, buses y camiones dejen de usar combustible. Esto es una buena noticia para el medio ambiente, y también para el litio: el insumo clave de las baterías.
Una buena noticia para el litio es también para Chile, que tiene la principal reserva mundial del mineral. La segunda está en China; Argentina y Australia le siguen. El principal depósito nacional está en el Salar de Atacama, y la principal empresa chilena es Soquimich, que espera producir 180.000 toneladas en 2021, lo que la haría el mayor proveedor mundial.
Hace unos días el Tribunal de la Libre Competencia (TDLC) ratificó un acuerdo de la Fiscalía Nacional Económica (FNE) con la mayor empresa china del sector: Tianqi, que le permite adquirir el 24% de Soquimich.
Tianqi tiene un acuerdo de distribución con la norteamericana Albemarle-el principal productor mundial-para repartirse el mercado global.
Si Tianqi se hace del 24% de Soquimich, pese a la intervención de la FNE y el TDLC; con la autorización de la autoridad de competencia chilena, una empresa que se colude para repartirse el mercado a nivel mundial será el segundo mayor accionista de Soquimich.
Tianqi y Albemarle, y ahora Tianqi dentro de Soquimich pueden llegar a controlar el 70% de la oferta mundial, y elevar artificialmente el precio del litio. Esto será negativo para Chile y para el mundo, en tanto puede amenazar el desarrollo de la electro-movilidad que es estratégica para nuestro país. Los vehículos eléctricos no solo requieren litio para sus baterías, también demandan hasta cuatro veces la cantidad de cobre que los tradicionales.
Mi problema es que Tianqi no quiere operar en un mercado competitivo, y que a través de esta operación aumenta su poder de mercado y su capacidad de distorsionar un sector de interés estratégico para Chile.
Felipe Kast
Senador de la República