Esta peruana dice que limpia hasta tiburón y lo vende
Congrio, Pejerrey el Roncacho son parte de los peces con los que trabaja esta comerciante y con los que logra ganarse hasta 60 mil pesos en un buen día.
Isabel Chávez, es el nombre de la peruana que llegó hace más de 30 años a la región como mochilera y se quedó limpiando pescado en el Terminal Pesquero. Aunque son pocas las mujeres dedicadas a este oficio, y que se han mantenido durante décadas, esta comerciante aseguró que hasta los tiburones los limpia a la perfección y los vende mas rápido de lo esperado.
Con 44 años de edad, Isabel dice tener un sinfín de experiencias en el terminal, y que la han aferrado a la venta de pescados. "Luego de haber muerto mi madre, cuando yo tenía 18 años, decidí irme de mochilera a recorrer el mundo, aunque admito que al llegar a Arica vi lo cerca que estaba del mar y me recordó a mi tierra, en Lima, donde mi familia también se dedica a la pesca".
Aunque su primer oficio en la región hace ya tres décadas, dice haber sido la venta de los primeros jugos en un carro rodante, junto a las respectivas empanadas con sazón peruano, no pasó mucho tiempo cuando ya estaba pensando en otro oficio.
"Trabajaba en Maipú vendiendo empanadas y jugos, y al poco tiempo me fui al puerto y vi lo bonito que era el ambiente, por lo que empecé a buscar allí un trabajo y me ofrecieron limpiar pescado", dijo.
Desde entonces, el rumbo de su vida dio un giro de 180 grados, en el que el Pejerrey, el Roncacho y hasta los tiburones se sumaron a su historia de vida. "Lo mas difícil fue aprender a limpiar el Congrio porque es baboso; el que aprende a hacerlo, aprende a limpiar todos los demás pescados. También aquí por ejemplo el Pejerrey lo limpiamos por la espalda y en Perú es por la guata".
Desde $10 y hasta 60 mil pesos es el aproximado que estima poder ganar la mujer durante un día de trabajo. "Todo depende de la temporada que estemos porque en una alta me gano hasta 60 mil pesos, pero me ha tocado veces en que ni un peso me gano trabajando".
Mas allá de las ganancias económicas que pueda tener por su oficio, Isabel aseguró que las amistades que ha ganado durante su larga trayectoria de trabajo en el terminal del puerto, es su mayor satisfacción.
"Yo me fui un par de años al sur del país, y sinceramente volví porque prefiero mil veces estar aquí; me encanta ver todos los animales y además es tranquilo. Uno sale, pelea, te vuelves a reír, lloras y todos igual nos apoyamos", expresó.
La trágica muerte de su hija de 16 años, no resultó un impedimento para que esta mujer de nacionalidad peruana siguiera soñando en poder vivir cerca del mar en Arica con sus otros tres hijos. "Ellos están en Perú pero estoy trabajando fuerte para poder tenerlos a mi lado".
Este trabajo dignificante no deja de ser un sacrificio también para la comerciante, quien dice laborar de lunes a lunes en el terminal.
"A mi me conocen como 'La Negra', y llego a veces hasta las 6 de la mañana y me voy como a las 6 de la tarde. Los ceviches que vendo también son muy comprados porque llevan todo el sazón peruano", agregó.
Aunque las expectativas de un futuro más consolidado no termina de estar en las metas de Isabel, dice que por ahora seguirá limpiando pescado en el Terminal Pesquero de Arica.