El aumento de los ciberataques ha alcanzado niveles inéditos. Se estima que en promedio y sólo en América Latina, los usuarios sufrieron 12 de estos delitos por segundo durante el último año. A nivel corporativo el escenario no es distinto, y se refleja en la valoración por personas expertas en seguridad: Se espera que para 2019 la demanda por estos profesionales crezca un 32% a nivel mundial.
En general los ciberataques están relacionados con el uso de conexiones no seguras a internet, la navegación indiscriminada y sin protección, y el envío de correos electrónicos. Sin embargo, cifras apuntan a que de cada 5 intentos de ataque, 4 ocurrieron sin que existiera una conexión a internet y por ello, la responsabilidad por una protección criteriosa y eficaz recae más que nunca en el usuario.
Entre las recomendaciones generales para garantizar la seguridad de los dispositivos personales, está la necesaria administración de las unidades de almacenamiento, entre ellas las memorias USB. En este sentido, el usuario debe hacer revisiones periódicas para conocer qué archivos porta su unidad, evitando que éstos caigan en manos de desconocidos.
Para enfrentar estos riesgos y garantizar la protección a niveles superiores, incluso si el dispositivo se extravía, la industria ya ha desarrollado memorias USB encriptadas por hardware -la protección más segura existente hasta ahora- que solicita una clave de acceso física al usuario para ingresar al contenido, y que lo formatea al décimo intento fallido.
La lucha contra los ciberdelitos comienza con la responsabilidad de los propios usuarios. Pero la tecnología ya ha logrado importantes avances para alcanzar un objetivo que es tarea de todos.
Francisco Silva