Diversos factores están influyendo negativamente en estos meses frenando el avance turístico en la región de Arica y Parinacota. Tradicionalmente este período depende de la cantidad de días festivos en Fiestas Patrias pero el calendario no resultó favorable. Arica registró un crecimiento de 5.6 por ciento, sin promoción pública ni privada con una ocupación hotelera del 36,4%; en Tacna la ocupación alcanzó un 97 por ciento y aumentó un 42% comparado con el mismo período del año pasado. Dentro de 41 destinos nacionales encuestados Arica se ubicó en el 29° lugar una media que reflejó un síntoma nacional no tan auspicioso.

Otro factor negativo que tiene nuestra ciudad en estos días es la distancia de los balnearios entre Bahía Inglesa y Costa Maule porque absorbe el gigantesco mercado de la región metropolitana. En ese sector la ocupación de hospedaje alcanzó un promedio de un 41% donde solo el Valle de Elqui superó el 80 por ciento.

También hay que considerar que un mercado importante para Arica eran Antofagasta, Calama e Iquique porque privilegiaban pernoctar en nuestra ciudad pero, ahora drásticamente afectados por la crisis minera, buscaron tarifas más competitivas en Tacna.

Fue así como esa localidad peruana se vio compensada con más de 6 millones de dólares aportados por los 82 mil chilenos que cruzaron la frontera este feriado dieciochero copando prácticamente todos los establecimientos de hospedajes. El próximo fin de semana habrá un feriado similar también con casi 4 días festivos y debemos enfrentarlo nuevamente sin ningún tipo de promoción.

En cuanto a precios ya no existe una marcada diferencia y quienes viajan a Tacna no van tras ello ni tampoco en busca de grandes panoramas o espectáculos culturales; Tacna nos supera con una exquisita variedad gastronómica, esmero en la atención al cliente y una económica y rápida atención en salud. En estos aspectos estamos muy lejos de competir para evitar este lento avance turístico.

A pesar del sinuoso y difícil camino que ha recorrido el proyecto que permitirá la elección de los gobernadores regionales (intendentes) por votación popular, junto con traspaso de nuevas competencias y atribuciones a las regiones, en el Gobierno y particularmente en la Subsecretaría de Desarrollo Regional (Subdere) existe confianza en que la iniciativa legislativa pueda ser definitivamente aprobada en el Parlamento.

El mismo subsecretario de Desarrollo Regional se encargó de expresar la confianza que tiene de que esta semana la iniciativa finalmente avance. "Vamos a aprobar la ley y tendremos elecciones de intendentes en noviembre del próximo año", expresó Ricardo Cifuentes, durante el Seminario Nacional de Gobiernos Regionales que se realizó en Santiago.

El titular de la Subdere, de esta manera, manifestó su confianza en que el Senado aprobará esta iniciativa y que lo mismo hará después la Cámara de Diputados, haciendo así posible que la ciudadanía pueda elegir a estas nuevas autoridades que aparecen en el marco del proceso descentralizador que vive el país, de la mano de la agenda que ha establecido el Gobierno.

Todavía queda bastante. Aún no existen acuerdos respecto de temas tan importantes como las atribuciones y competencias que tendrán los nuevos gobiernos regionales con sus autoridades elegidas democráticamente. Se entiende que el traspaso de poder no es un tema de fácil resolución, especialmente cuando se sabe que los mismos gobernadores regionales podrían adquirir una importancia que rivalice con la de los mismos parlamentarios que deben votar esta ley.

Ante el tiempo que ha tomado este proyecto en su discusión, existen críticas respecto a la presunta "improvisación" del Gobierno al plantear esta reforma. Sin embargo, en el fondo, y tal como lo apuntara el mismo Cifuentes, se trata de una iniciativa de Estado, cuyos esfuerzos tienen casi una década.

Es tiempo, entonces, de que esta agenda sea asumida con interés y urgencia en especial en el Parlamento, para que de una vez por todas la descentralización deje de ser sólo un discurso de buenas intenciones.