José Carrera Tobar

La actriz Ximena Rivas vuelve con la obra 'El Amor', escrita por la dramaturga Carla Zúñiga. Una obra que gira en torno a una mujer que se da cuenta que su esposo tiene una amante.

Inspirada en el libro 'La Mujer Rota', de Simone de Beauvoir, el montaje explora lo tóxicas que pueden llegar a ser las relaciones amorosas. La obra estará en Matucana 100 (Santiago) del 29 de mayo hasta el 15 de junio. Las entradas están disponibles por www.m100.cl.

Esta obra se trata de una mujer que se da cuenta que su esposo tiene una amante. ¿La pregunta sería, cómo es que la obra del amor explora esta historia?

Es una comedia negra. Bueno, muy al estilo de Carla Zúñiga, que es la dramaturga. Ella ha entrado en una historia larga de estupendas incursiones dramatúrgicas a través del trabajo que hizo junto a Javier Casanga, el director de la obra, en la compañía La Niña Horrible. La compañía ya no está, pero ella ha seguido el trabajo colaborativo con Javier.

Tiene un humor muy, muy irónico, con mucha sátira, pero también muy ligada a nuestra identidad nacional. Es ese tipo de texto u obras que uno escucha y se ríe, pero se ríe porque se siente totalmente retratado, pero a la vez se te desgarra el corazón. Ese es el ejercicio constante con la dramaturgia de Carla. La obra se hace cargo de esto.

Es una historia inspirada en un libro de Simone de Beauvoir que, me imagino tiene hartas críticas. Leí que en la obra se señala mucho al amor romántico, por ejemplo, ¿cómo es que la obra lleva estas críticas a cabo?

Está inspirado, exactamente lo que significa inspirado y no basado. Inspirado es que ellos leyeran esta obra, la novela 'La Mujer Rota' de Simone de Beauvoir, y se sintieron inspirados para hablar del amor. Esta obra es todo lo que uno no quiere hacer en el amor de pareja, es decir, sentir que si el otro desaparece, tú te mueres.

Todos los artilugios de necesidad que se intercalan en una relación tóxica de apego máximo, todo eso retratado en la obra. Sin duda, que la novela de Simone habla también y toca todos estos aspectos, pero ellos lo hacen con mucha mayor libertad. Además de eso, la historia es precisamente la historia de una mujer que se da cuenta que su marido la engaña con otra mujer y comienza un interrogatorio frenético, obsesivo y muy tóxico de cuando fue que la engañó por primera vez.

Es un interrogatorio que todas las mujeres pensamos, pero que nunca hacemos, o algunas, si se atreven, ¿dónde fue?, ¿a qué hora fue?, ¿qué día fue?, ¿qué estaba haciendo yo ese día?, ¿cuándo fue?, ¿cómo es?, ¿de qué color tiene la cara? ¿tiene pecas, lunares?. Empieza una necesidad obsesiva de la mujer por saber. Dónde, cuándo, a qué hora y cómo es la persona con la que está para poder también procesar su dolor con ciertas herramientas que ella cree, y que le van a ayudar a entender por qué fue.

Claro, bueno, con respecto a este personaje que interpretas, ¿qué matices o sentimientos te ha hecho vivir la interpretación de este personaje?

Me ha hecho, más que nada, volver a una época de mi vida en que yo sentí, y creo que todos sentimos, que es esta época entre los 15 y los 18 años, estos amores que te destrozan, que te dejan llorando en la esquina de un baño, que te dejan encerrada en tu habitación sin entender nada.

También la falta de amor con uno mismo. Lo que más recordé en esta etapa del proceso de la creación del personaje era cuán poco me quería cuando era niña, cuando era adolescente, cuánto poco me apreciaba, cuán poco me cuidaba. Esto en términos de entender que las relaciones de pareja no te completan, simplemente son experiencias.

Entonces, esta obra deja cierta enseñanza. Pasar de ese interrogatorio y quererse, ¿cierto?

Sí, más allá de pasar del interrogatorio y de la forma en que Carla Zúñiga retrata la obra, es trascender del amor necesitado, porque detrás de cada necesidad, de cada relación necesitada, sea padre e hija, pero especialmente en las relaciones de pareja, lo único que está mostrando es la falta de amor consigo mismo.

Cuando uno ya ve que es inevitable que no pase, porque todos tuvimos relaciones amorosas como la que van a ver en la obra, en algún momento de nuestras vidas. En algunos aspectos de nuestras relaciones retratamos algo de lo que tú vas a ver en el escenario.

Por ejemplo, tuvimos una experiencia en la que llevamos a 500 alumnos de tercero y cuarto medio a ver la obra y nos dejaron recuerdos en post it, y era muy fuerte leer lo que ellos escribían. "No quiero nunca volver a vivir algo así", o sea, ya lo habían vivido. "Veo a mi mamá en esta mujer", o sea, tenían la experiencia de una infidelidad y una madre sufriente en su casa. O sea, es completamente convocante.

Con respecto a tú llegada a este proyecto, ¿quién te ofreció participar?

Bueno, me llamo Javier Casanga, con el cual ya había trabajado en Blanca nieves, una muestra de dramaturgia que hicimos hace un par de años atrás. Tuvimos mucha sintonía en la creación y me volvió a llamar.

Con respecto a tu carrera profesional en otros medios, ¿tienes considerado seguir en las teleseries?

Mira, esas son cosas que los actores no consideramos o reconsideramos, son llamados que nos hacen y que cuando podemos lo hacemos y cuando no podemos, no lo hacemos.