Ignacio Arriagada M.
Correr en compañía de un perro puede ser una experiencia gratificante y divertida. Por una parte fortalece el vínculo entre el dueño y su mascota, y por el otro mantiene a ambos en una buena condición y saludables. Sin embargo, para hacerlo no solo se necesitan las ganas y los implementos, sino que también evaluar las características del animal.
"Hay cuidadores que piensan que sus mascotas por el solo hecho de ser perros están acondicionados para correr y aguantar largos tramos. La realidad es que, como cualquier persona, es necesario chequearlos antes de correr para asegurarse de que la experiencia sea segura y placentera para ambos", comienza planteando a este medio Jorge Ponce, médico veterinario de la Universidad de Chile.
Chequeo y factores
La edad, nivel de acondicionamiento, comportamiento y estado de salud influyen en la idoneidad, capacidad y rendimiento del can a la hora de correr.
"Todo va a depender del perfil del perro. Un adulto o senior no va a tener las mismas condiciones y resistencia que las de un cachorro o de uno de edad media. También está el caso del cachorro, que al estar sus huesos y habilidades de coordinación en desarrollo, las probabilidades de lesionarse o pasar un mal rato son altas. Otra situación que se da bastante es la de los perro de edad media afectados por alguna condición de base u ortopédicas, que hacen que sea contraproducente que hagan un ejercicio intenso. Otra situación común es que los tutores estén disconformes con el rendimiento de su perro, que aunque esté sano, nunca antes había hecho un deporte vigoroso", explica el especialista.
Ante la gran variedad de factores, Ponce aconseja "una evaluación con un profesional y, a la vista de los resultados, planificar un plan de entrenamiento".
Otra variable que condiciona al animal de compañía a correr es la raza. Al respecto, el veterinario ejemplifica que "uno ve a los toy o pequeños, como los yorkshire, y tienen demasiada energía y se mueven rápido, pero su resistencia y predisposición a largas distancias no es equiparable a la de un perro de tamaño medio como un border collie. El gran danés, que es un raza gigante, suele tener problemas para correr largos trayectos por su estatura esquelética. Tenemos también a las razas braquicéfalas como los pugs, los cuales tienen su nariz corta, lo que les dificulta respirar".
El entendimiento y obediencia de órdenes básicas es otro factor que puede limitar a un can a correr. "Esto es simple: si al perro le cuesta o simplemente no obedece una instrucción de su tutor, no está preparado. Si un perro no obedece un 'déjalo', un 'siéntate' o un 'quieto', que ison órdenes básicas, yo sugiero partir trabajando eso", aconseja el experto.
Finalmente, Jorge Ponce plantea que el equipamiento es otro punto fundamental que debe ser considerado si se desea correr junto a la mascota.
"Cuando hablo de equipamiento no solo me refiero a un arnés cualquier y a una botella de agua (...) Si la intención es correr de forma responsable, entendiendo que la vida del animal es igual de importante que la del tutor, debo asegurarme de cumplir con que (el can) tenga su chip, su collar con su placa de identificación y el número del tutor, una correa o arnés diseñado para el ejercicio al aire libre, bolsa para recoger el excremento, indumentaria para el clima y un snack. Si el tutor puede invertir en algo más, yo recomiendo un localizador (GPS) para rastrear al perro", especifica Ponce.