"Un elenco ciudadano pone en valor a gente que no ha tenido oportunidades"
La película, que se estrena el jueves 24, es una oda a San Carlos. Grabada con actores no profesionales, oriundos de la localidad, muestra la lucha de un movimiento social que busca el reconocimiento de la longaniza sancarlina.
José Carrera Tobar
La longaniza, embutido infaltable en las Fiestas Patrias y los asados chilenos, es el centro de una disputa. En la película 'Denominación de Origen', algunos vecinos y longaniceros sancarlinos se organizan en un movimiento social que tiene como objetivo su reconocimiento como un producto oriundo de la localidad.
El filme alcanza una originalidad pocas veces vista en el cine chileno. El director, Tomás Alzamora, contrató a actores no profesionales y, la mayoría de ellos, habitantes de San Carlos. Son personajes reconocidos en la comunidad, así como otros más anónimos en el día a día sancarlino. En entrevista con este medio, el cineasta cuenta detalles acerca de esta película, que llegará las salas nacionales el jueves 24 de abril.
¿De dónde sale la idea de la película?
Arrancando desde el inicio, la idea de la longaniza siempre ha estado un poquito en mi ADN. Soy sancarlino, entonces la longaniza siempre ha estado presente ahí en el imaginario de mi pueblo natal... con tres longanicerías por cuadra, he estado lleno de longanizas siempre. Entonces desde chiquitito siempre longanizas, longanizas, longanizas por todos lados, bautizos, primeras comuniones, partidos de fútbol, cumpleaños y todo con choripanes. Entonces desde muy pequeño llevo esa idea. Pero la gota que rebalsa el vaso, con la que digo: "Hay que hacer una película", es cuando ocurre esto del concurso en que nos quitan el premio el año 2018, la noticia. (Alude a un nacional en que se detectó que la fábrica ganadora no estaba en la comunida).
Es una película muy real y muy genuina. ¿Cuál es el secreto? ¿Qué hiciste para lograr eso?
En mi primera película quedé muy cansado del tecnicismo del cine como tal. El plano, contraplano, la iluminación perfecta, el contraluz, el dolly. Era gastarse tanto tiempo en hacer una película y tener el interés focalizado en esta composición, en los colores, que todo fuera como perfecto, como lo que es el cine formal... no podía creer que me gastaba dos horas en montar la escena y filmarla en 30 minutos. A partir de eso dije, "¿cómo hago algo que me reencante, que me acerque más a la gente?".
La otra decisión que hace que se sienta tan real y genuina es que que es un elenco 100 por ciento ciudadano, no hay actores ni actrices profesionales, entonces habla como ellos son, nadie está poniendo un acento, nadie está tartamudeando a propósito. Es decir, la gente está siendo ella. La Luisa es dirigente vecinal, DJ Fuego es DJ Fuego, el abogado es abogado, tío Lelo es tío Lelo. Entonces como que estamos jugando con eso, con la realidad, poniéndola en un lugar de ficción. Y creo que por eso se siente también genuina.
¿Cuál fue el modelo de personaje para elegir a los vecinos que iban a actuar en la película, o solo los seleccionaste acorde a cómo te parecían?
Tenía un guion escrito que trabajé durante varios años, pero el casting, el proceso, me fue moviendo mucho la idea y modificándola. Primero la película era de un candidato a concejal, que era DJ Fuego. El candidato concejal que quería patentar la longaniza a nombre del pueblo, y bla, bla, bla. Tenía un guion escrito y todo. Pero de repente, filmando un reportaje para TVN, aparece la Luisa, que es la única persona importada a San Carlos, porque ella viene de Valparaíso. Yo la conocía de una población en Valparaíso, ella tenía unos huertos comunitarios y tenía mucha presencia. Bueno, pero vino lo del estallido social, la escritura del proceso constituyente y a mí me afectó mucho como autor, por lo que ahí tomé la decisión de no hacer una película de un personaje, de un protagonista.
Dije, "esto tiene que ser una célula, un grupo, un pueblo", entonces ahí agregué a Luisa. Después teníamos la idea, pero como que nos faltaba un alma, un longanicero. Ahí el tío Lelo salió en el casting que hicimos en San Carlos durante tres días, con más de 200 personas. Ahí lo encontramos. Y los personajes se configuraron respecto a lo que ellos eran.
Entonces, ¿la película está un poco hecha a su medida?
Exactamente, tal cual. Como guionista no llego a esos lugares. Estoy convencido de que la realidad supera la ficción. Entonces me encanta trabajar con ellos. Ellos son sorprendentes. O sea, todos estos detalles que tiene DJ Fuego, que hace lápidas para muertos, no es una invención mía.
Y con respecto a la recepción en San Carlos, ¿pasaste la película ahí?
Sí, la pasamos. Es interesante lo que pasa en San Carlos, porque para San Carlos no es tanto una comedia, creo, es más bien un drama. Entonces bueno, igual se ríen y todo, la probamos en el Festival de Cine de Valdivia y la gente se rió mucho, "Chillán se lleva toda la plata", dijeron. Es como para un sancarlino normal, no sé, DJ Fuego normal, porque la gente le compra pasas, le compra las lápidas, es el audiovisual de la muni, entonces como que no es chistoso.
Para mí eso es lo más lindo como del trabajo, un elenco ciudadano, es como poner en valor a mucha gente que no ha tenido oportunidades y que aquí ven una oportunidad de verse valorados, porque acá los tratamos con mucho cariño, los hacemos valer, los hacemos notar, destacamos lo importante que son, entonces son muy lindos y ellos están muy agradecidos de eso. Al final la longaniza es un contexto para hablar de un grupo humano, de amigos convencidos en empujar algo para un bien mayor, para un bien común, que ni siquiera, como lo dice Luisa, "ni siquiera soy longanicera, pero es porque podría traerle un beneficio al pueblo".
"Lo que pasa es que para San Carlos no es tanto una comedia, es más bien un drama. Pero igual se ríen.
Tomás Alzamora, director