Picaflor de Arica bordea los 300 ejemplares
Con una población en riesgo crítico, el ave endémica de la zona necesita medidas inmediatas para preservar su hábitat.
Redacción - La Estrella
Con apenas 7 centímetros de longitud y un peso de 3 gramos, el Picaflor de Arica (Eulidia yarrellii) no solo es el ave más pequeña del país, sino también una de las especies más amenazadas de América. Con una población estimada en solo 300 ejemplares, su supervivencia depende de medidas urgentes para frenar la destrucción de su hábitat. Para enfrentar esta crisis, organizaciones ambientales y autoridades trabajan en la creación de una nueva área de conservación en el valle de Vítor. La iniciativa contempla la entrega de un terreno fiscal de 16 hectáreas, donde se espera consolidar un espacio para la protección y recuperación de la especie. ECOSISTEMA EN PELIGRO
El seremi de Bienes Nacionales de Arica y Parinacota, Rodrigo Díaz, explicó que uno de los principales problemas para la fauna local es la ocupación irregular de terrenos. "Las tomas generan microbasurales, ruidos y la presencia de perros abandonados que atacan los nidos, lo que afecta gravemente a especies vulnerables como el Picaflor de Arica", señaló.
En esa línea, la seremi de Medio Ambiente, Carmen Tupa, destacó que la región ya ha avanzado en iniciativas similares. "Bienes Nacionales entregó 850 hectáreas para la conservación de especies como la Golondrina de Mar Negra y el Gaviotín Chico. Esperamos concretar lo mismo con el Picaflor de Arica, que se encuentra en una situación crítica de supervivencia", indicó.
Desde la Red de Observadores de Aves de Chile (ROC), el coordinador del Programa de Conservación en el Norte Grande, Ronny Peredo, alertó sobre la urgencia de la situación. Si no se toman medidas inmediatas, advierte, la especie podría desaparecer en pocos años. Entre las principales amenazas, mencionó la explotación agrícola intensiva, que ha reducido el hábitat del picaflor a pequeñas zonas aisladas en los valles de Chaca, Vítor y algunas quebradas de Acha y Camarones.
El picaflor depende del néctar de flores nativas como el chañar y el tamarugo, además de pequeñas fuentes de agua, lo que lo hace especialmente vulnerable a la degradación de su entorno. La pérdida de vegetación autóctona y el uso indiscriminado de pesticidas también han impactado la disponibilidad de alimento y refugio para la especie.Con la entrega del nuevo terreno, se espera implementar planes de conservación que incluyan reforestación con flora nativa, control de especies invasoras y monitoreo constante de la población.
Desde el Ministerio de Bienes Nacionales han planteado que la concesión del terreno debería concretarse en el corto plazo, permitiendo poner en marcha un modelo de conservación aplicable a otras zonas de alta biodiversidad en la región. Según han señalado, el rescate del Picaflor de Arica es una prioridad y parte del compromiso del Gobierno con la protección de especies en riesgo como lo es esta endémica ave.