Todos los que saltaron como un resorte para criticar duramente la nómina de Gareca para enfrentar un amistoso con Panamá...

Al parecer los que critican se olvidaron totalmente del único objetivo, ojo el único objetivo que tiene Ricardo Gareca, que no es otro que clasificar a Chile al mundial de futbol en Norteamérica...

Nada de buscar figuras nuevas, sembrar hoy para cosechar mañana, hacer pruebas, etcétera, simplemente Gareca llamará a los jugadores que ante un partido de eliminatoria, estén pasando por un buen momento, digamos futbolístico...

Por lo que son injustificadas las críticas, el que haya incluido jugadores, que a primera vista, de ciertos panelistas, en palabras simples, deberían estar ya estirando las piernas en las ligas de los domingos...

Nos guste o no, esto es así, la ANFP así lo acordó y caso cerrado...

Bonus Track:

Apareció otro nombre de posible nominado, un goleador de fuste, el de las cuatro décadas, que hace "chupete" las redes...

¿Y en qué estará Esteban Paredes?

Pero por favor, nunca olviden el gran objetivo de Gareca...

Luis Enrique Soler Milla

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La violencia de género no se limita a los espacios privados ni a la agresión física. En el Estado, donde debieran existir garantías para proteger a las víctimas, el abuso de poder se convierte en una forma estructural de violencia contra las mujeres. Cuando el aparato estatal permite-o al menos no impide-el acoso, el maltrato y el encubrimiento, se instala un modelo de impunidad que desalienta las denuncias y profundiza la desigualdad.

El caso de Manuel Monsalve, exsubsecretario del Interior, ha evidenciado esta realidad. La denuncia de violación dentro de la Subsecretaría no solo revela la gravedad de los hechos, sino también cómo las estructuras de poder operan para diluir responsabilidades y minimizar las acusaciones. La falta de sanciones y la ausencia de un mensaje claro de condena por parte del gobierno refuerzan la idea de que el poder se protege a sí mismo, incluso a costa de los derechos de las mujeres.

Pero este no es un hecho aislado. La muerte de una funcionaria de la Dirección de Presupuestos (Dipres) puso sobre la mesa el impacto del maltrato institucional y la precarización laboral, especialmente para las mujeres. Si bien aún no se esclarecen las circunstancias, lo cierto es que la violencia en los espacios de trabajo puede tener consecuencias fatales. Cuando el abuso de poder es la norma y no la excepción, el Estado deja de ser un garante de derechos y se convierte en un espacio de riesgo.

Este patrón de encubrimiento y protección institucional refuerza la idea de que quienes ostentan el poder están por encima de la justicia, mientras las víctimas quedan desamparadas.

La violencia de género no se combate solo con discursos o reformas legislativas, sino con cambios estructurales que impidan que los espacios de poder sean usados para vulnerar a las mujeres.

La erradicación del "Método Monsalve"-ese modelo en que el abuso se encubre y las víctimas son desacreditadas-requiere voluntad política y una redefinición del ejercicio del poder en el Estado.

Si la violencia de género dentro del Estado no se reconoce y combate con urgencia, difícilmente se podrá avanzar hacia una sociedad justa e igualitaria para las mujeres.

Patricia Gálvez Parra

Periodista