Deuda Histórica: Dignidad docente e igualdad de oportunidades
"El compromiso asumido en el programa de Gobierno del Presidente Gabriel Boric se materializa con un apoyo político transversal y con una aceptación por sobre el 80% de sus beneficiarios". "Son muchas las historias de vida que se pueden recoger en el territorio. Anhelos de personas que esperan de Chile la capacidad de diálogo y acuerdo hacia una reforma de pensiones, que pueda aumentar las actuales jubilaciones".
Francisco Valcarce Llancapichún, - Seremi de Educación Arica y Parinacota
Está semana, Chile le ha entregado a sus profesores y profesoras una ley de reparación de la Deuda Histórica.
Después de décadas de lucha, el compromiso asumido en el programa de Gobierno del Presidente Gabriel Boric se materializa con un apoyo político transversal y con una aceptación por sobre el 80% de sus beneficiarios. Este avance en dignidad será parte importante del legado que el Gobierno entregará al país.
Entender que la calidad de vida, el bienestar común, la dignidad e igualdad de oportunidades estén a la base de los objetivos que todos los representantes del mundo político deben promover, no es contrario a las legítimas diferencias ideológicas que pueda existir entre ellos. En ese orden de ideas, existe otra deuda histórica que el país tiene con sus actuales y futuros pensionados.
Es bastante probable que usted sea o conozca a algún docente jubilado que, después de haber entregado una vida de servicio a la educación de los niños, niñas, jóvenes o adultos de nuestra patria, hoy reciba una pensión por debajo del actual sueldo mínimo. Son quizás los profesores jubilados uno de los ejemplos más claros de cómo el sistema actual de pensiones no responde a las necesidades ni objetivos para los cuales se diseñó. Profesionales altamente calificados, con trayectorias laborales de décadas de servicio público hacia la educación, sin lagunas previsionales, pero con pensiones completamente insuficientes.
Son muchas las historias de vida que se pueden recoger en el territorio. Anhelos de personas que esperan de Chile la capacidad de diálogo y acuerdo hacia una reforma de pensiones, que pueda aumentar las actuales jubilaciones y ofrecerles a los futuros pensionados un mejor porvenir. Así como la reparación de la deuda histórica, la reforma de pensiones es una urgencia que no puede seguir esperando.
Nuestro Gobierno ha trabajado y dialogado incansablemente para que eso suceda hoy. Tenemos la responsabilidad y el desafío de materializar un acuerdo que trascienda las diferencias y ponga en el centro lo que está a la base, la dignidad que los trabajadores y trabajadoras (muchas de ellas no remuneradas en labores de cuidado) merecen.
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