Editorial
Día sin automóvil, sin pena ni gloria
El viernes se celebró el "Día Nacional Sin Automóvil", fecha que pasó prácticamente inadvertida en Arica. Sin duda que este hecho resulta lamentable, especialmente en una ciudad que, al menos en el discurso, se proyecta hacia una escala humana y la promoción de modos de transporte alternativos. Esta falta de actividades masivas y promocionales para conmemorar la fecha evidencia una contradicción importante entre las aspiraciones de sostenibilidad y las acciones concretas que se están llevando a cabo.
Arica, con sus características geográficas y su tamaño relativamente reducido, tiene un potencial innegable para convertirse en un modelo de ciudad orientada hacia el peatón y el ciclista, con un enfoque en la movilidad activa y sustentable.
Sin embargo, la falta de impulso a este tipo de iniciativas refleja el predominio de un parque automotor creciente que se sobrepone al bienestar de la comunidad. Las promesas de una ciudad más accesible y amigable para todos se ven frustradas cuando no se concretan las medidas necesarias para limitar el uso del automóvil y para recuperar espacios que promuevan la convivencia y la movilidad sostenible.
Que una fecha como el "Día Nacional Sin Automóvil" pase sin pena ni gloria es un síntoma de una problemática más profunda: la desconexión entre la voluntad declarada de tener una ciudad con modos de transportes diversos, y la realidad de la falta de esfuerzos reales para avanzar hacia ese objetivo.
Los eventos masivos y las actividades promocionales no solo deben convertirse en una actividad circunstancial y de beneficio del servicio, organismo u autoridad de turno. Fechas como la de este viernes ponen de relieve la necesidad de generar conciencia, incentivar el cambio de hábitos y promover un sentido de pertenencia y compromiso con el entorno urbano.
Aprovechar fechas como el "Día Nacional Sin Automóvil" para promover actividades que visibilicen los beneficios de la movilidad sostenible y que motiven a los habitantes a hacer un cambio en su rutina sería un gran paso para materializar una ciudad a escala humana.
"Un síntoma de una problemática más profunda: la desconexión entre la voluntad de promover modos de transportes, y la falta de pasos reales.