Agencia EFE

Investigadores de varios países descubrieron un planeta rocoso alrededor de una estrella ya muerta que da pistas sobre cómo podría ser la Tierra en unos 8.000 millones de años, cuando se haya "apagado" el Sol.

El cuerpo está a 4.000 años luz de la Vía Láctea, y ofrece, según los investigadores, un "anticipo" del destino de la Tierra en miles de millones de años, cuando el Sol se haya convertido en una "enana blanca" (una estrella agotada) y la Tierra, destruida y congelada, haya emigrado más allá de la órbita de Marte.

La investigación transnacional, liderada por la universidad de California-Berkeley, hizo el hallazgo gracias a observaciones con el telescopio Keck de Hawai, y dice que el planeta tiene un aspecto muy similar al esperado para el sistema Sol-Tierra: una enana blanca de la mitad de la masa del Sol y una compañera del tamaño de la Tierra en una órbita dos veces mayor que la actual.

Los astrónomos apuntan que ese será probablemente el destino de la Tierra; el Sol acabará inflándose como un globo más grande que la órbita actual de la Tierra, engullendo a Mercurio y Venus.

A medida que la estrella se expanda, su masa decreciente obligará a los planetas a migrar a órbitas más distantes, ofreciendo a la Tierra una pequeña oportunidad de sobrevivir más lejos del sol, y al final, las capas externas del Sol) desaparecerán para dejar tras de sí una densa enana blanca no mayor que un planeta, pero con la masa de una estrella.

Si para entonces la Tierra ha sobrevivido, probablemente acabará en una órbita dos veces mayor que la actual, han corroborado los investigadores.

El lejano sistema planetario proporciona un ejemplo de planeta que sobrevivió, aunque se encuentra muy lejos de la zona habitable de la tenue enana blanca y es poco probable que albergue vida, aunque es posible que tuviera condiciones de habitabilidad en algún momento, cuando su anfitrión aún era una estrella similar al Sol.

Investigadoras de la Universidad de Barcelona y del Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental (Cibersam) confirmaron que existe una vulnerabilidad genética distinta en hombres y mujeres respecto a la esquizofrenia y otros trastornos pisquiátricos.

El trabajo publicado en la revista European Neuropsychopharmacology destaca que esta carga genética tiene un mayor peso en los hombres que en las mujeres, según concluyeron al analizar una muestra de 1.826 pacientes con psicosis y 1.372 de control.

"Nuestros resultados refuerzan la hipótesis de que existen factores genéticos comunes que contribuyen al riesgo de desarrollar estos trastornos, lo que sugiere que existe una base biológica compartida entre ellos", explicó la primera autora del estudio, Marina Mitjans, quin es miembro del Departamento de Genética, Microbiología y Estadística de la Universidad de Barcelona (UB) y el Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona, Marina Mitjans.

Las diferencias entre hombres y mujeres en la vulnerabilidad genética a los trastornos psicóticos podría tener implicaciones relevantes también enla respuesta al tratamiento.

"Nuestro estudio subraya la importancia de considerar las diferencias de sexo en los estudios genéticos para desarrollar estrategias más personalizadas en la prevención, diagnóstico y tratamiento en la práctica clínica", señaló la miembro del Departamento de Biología Evolutiva, Ecología y Ciencias Ambientales de la UB y parte del trabajo, Bárbara Arias.

Científicos chinos lograron cultivar por primera vez células madre de pandas gigantes, un material que inicialmente emplearán en la investigación de tratamientos para enfermedades, pero también pone los cimientos para la futura cría de embriones en laboratorio, lo que demuestra el potencial de la ingeniería genética en la conservación de especies amenazadas, según investigadores citados por el diario oficialista Global Times.

La investigación, publicada en Science Advances, se basó en muestras celulares de un macho y una hembra de la reserva nacional de Chengdu. Según Liu Jing, uno de los autores, las células madre generadas pueden ser utilizadas para cultivar células funcionales y órganos de panda gigante que servirían para fines de investigación como para el tratamiento clínico de enfermedades, además de para producir esperma y óvulos útiles en fecundación in vitro.

"Esperamos que esos embriones se puedan emplear algún día para la reproducción de oseznos a través de gestación subrogada, pero aún queda un largo camino", agregó.

En las últimas décadas Choina redobló sus esfuerzos en la protección y conservación de los panda y su hábitat, aunque su reproducción sigue siendo un reto, pues las hembras son fértiles durante dos o tres días al año, a lo que se suma la baja libido de los machos .