Editorial
La escala humana no resuelta
No sólo se trata de una propuesta, casi indispensable, sino que de una oportunidad. El convertir a Arica en una ciudad a escala humana, donde las personas puedan caminar, o moverse sana y cómodamente en una bicicleta por ejemplo, es una opción que aquí existe como en pocas ciudades.
De hecho, el que una ciudad pequeña como la nuestra, termine afectando la calidad de vida de las personas por los atochamientos, las discusiones entre automovilistas, los insultos y la violencia es algo que los vecinos más antiguos de esta tierra reconocen que "antes no ocurría".
Nos encontramos así ante el hecho de que, de la oportunidad se pasa necesariamente a la necesidad que termina elaborando propuestas para una ciudad más amigable, al menos en el tránsito, en los desplazamientos, una ciudad a escala humana.
Sin embargo, las condiciones no se han dado y el tiempo y la realidad así lo muestran. Los peatones siguen sin ser el eje, el punto central de las calles de Arica, muchas de las cuales todavía cuentan con veredas en malas condiciones, si es que las hay en lugares que invitan al tránsito.
El gran proyecto de recambio de aceras en el centro de la ciudad terminó embelleciendo algunos sectores, mientras que en otros las baldosas ausentes y el piso irregular sigue y empeora con los años.
Los cables que cuelgan sobe las cabezas de los peatones también hablan de abandono. Y qué se puede decir del riesgo que estos mismos elementos presentan para quienes se movilizan en bicicletas, a la vez que con el tiempo, en vez de ganar espacios seguros para sus desplazamientos, los han ido perdiendo.
Es evidente que Arica mantiene una deuda enorme con quienes son claves en que esta ciudad, de geografía y clima amigables, se transforme realmente en una de aquellas que están hechas a escala humana, y en donde las personas o hasta los ciclistas estén por encima de los motores y las máquinas, donde el tránsito algo más tranquilo y sano se imponga al estrés de un sistema vial que cada vez más se acerca al de esas ciudades muy distantes a la realidad de la "Ciudad de la eterna primavera".
"Arica mantiene una deuda con peatones y ciclistas, a pesar de sus favorables condiciones naturales".