Editorial
Sofisticación de los delitos
La sofisticación observada en Chile para la comisión de delitos, aparece como uno de los fenómenos más significativos al momento de explicar el impacto y éxito de estos grupos.
Es conocido que la delincuencia es más violenta y avezada, pero también más compleja y con muchísimos recursos. No se trata sólo de que tengan mayor poder de fuego, también de que tienen en su poder más herramientas tecnológicas a disposición.
Esto obliga a una profunda reingeniería de nuestras policías y, en general, de todos los organismos del sistema judicial. No sólo debe dotarse a las fuerzas de mayor equipamiento, sino de una instrucción distinta, más acorde a una realidad hasta ahora desconocida, pero ya vivida en otras latitudes.
Esto va desde cómo enfrentarse a sujetos que saben usar armas, hasta cómo ejecutar operaciones de inteligencia cada vez más necesarias para las investigaciones, en particular las relacionadas con drogas.
La única forma de hacer frente a este flagelo es con más inteligencia y un trabajo sinérgico con todos los estamentos del Estado: carabineros, PDI, Ministerio Público, Servicio de Impuestos Internos y otros, con el fin de atacar todos los frentes abiertos de estas organizaciones que manejan recursos multimillonarios.
Revisar los movimientos bancarios de estas bandas, es decir, seguir el dinero, es hoy el piso para cualquier indagatoria seria.
Sabido es que el narcotráfico se infiltra en actividades económicas donde pueda lavar las ganancias de sus dineros habidos, por ello es vital reforzar todo tipo de fiscalización que implique la detección de estos movimientos.
Seguir atacando solo las conexiones terminales no será la solución si no contamos con desarrollos sobre el sistema central de estos conglomerados delictivos. Atacarlos desde la raíz, desde donde se organiza la "industria" del delito.
El momento actual exige decisión, pero también una mejor comprensión y mucha acción conjunta para la salir adelante y comenzar a revertir las dificultades que estamos padeciendo.
"Esto obliga a una profunda reingeniería de nuestras policías, y en general, de todos los organismos del sistema judicial".