Recorrido de calles evidencia deudas para el peatón local
La Estrella caminó por la ciudad y evidenció carencias no menores en la seguridad de transeúntes.
Hace dos semanas se celebró en Arica, el "Día Mundial del Peatón" que, en el marco de sus actividades, el municipio ariqueño destacó por sus avances en la Eterna Primavera.
La actual administración comunal, cuenta con una Mesa de Movilidad Urbana, que se ha propuesto relevar aspectos de la ciudad, que la construyen a escala humana, como lo ha mencionado el alcalde Gerardo Espíndola.
En la jornada de carácter informativa, se realizó una intervención en la Av. Santa María, que contó con la participación de comunidades educativas, Carabineros de la Sección de Investigación de Accidentes en el Tránsito y funcionarios del programa de Movilidad Urbana, para llamar la atención y la importancia que tienen los peatones en el sistema vial, y visualizarlos con sus derechos y deberes en el tránsito.
La ampliación de los espacios para la circulación de los peatones, la demarcación de señales e instalación de reductores de velocidad, son algunas de las iniciativas de la Municipalidad de Arica, para hacer efectiva esta valorización de quienes eligen o necesitan movilizarse a pie. Sin embargo, a lo largo de la ciudad, aún se mantienen algunas deudas que, a simple vista, se hacen claras a partir de la experiencia de caminar.
Deudas
La Estrella salió a recorrer la ciudad en calidad de ciudadano, y conocer solo algunas experiencias en las que la vida del peatón no es tan fácil. Un ejemplo de ellos, es lo que ocurre en la prolongación de 21 de Mayo con Luis Valente Rossi, especialmente, en la cuesta desde el Hospital Regional hacia Simón Bolívar. A ello, se suma que a la altura de Pedro Aguirre Cerda, se encuentra la escalera que baja desde Miramar. En aquel punto, Valente Rossi no cuenta con reductores de velocidad, ni cruce de peatones, ni iluminación pertinente, a pesar del importante tránsito de personas, que suben o bajan por dicha escalera, o que incluso, se movilizan a pie desde o hacia el sector centro.
El problema es mayor, si se considera que gran parte de la extensión de Valente Rossi tiene hoy en día, veredas en mal estado, de tierra o simplemente, no tiene en uno de los lados de la calzada, obligando a los peatones, a cruzar por el medio de la calle, sin protección alguna.
Otro punto de peligrosidad, tiene como lugar desde Yungay hasta Bolognesi, donde aparentemente las obras del lugar para arreglar vías, colmaron ambas veredas aledañas, siendo impedimento bajar por dicha extensión, sobre todo por lo empinada que está y la tierra que presenta. Igualmente, en la rotonda de 18 de Septiembre a la altura de la cancha de tierra de béisbol, las personas para trasladarse de un extremo a otro, deben utilizar la pendiente de tierra que está a la altura de las vías, porque el lugar, tiene veredas en mal estado.
Dicho escenario, se repite en la prolongación de Ignacio Loyola, donde cercano a la Defensa Civil, se encuentra una ciclovía que, destruída, no sigue su curso, y logra encontrarse con una vereda estrecha, que también está a la altura de un tierral. En Loyola, también se presentan otras problemáticas, por falta de demarcación del suelo para el paso de peatones, y una semaforización a la altura de Nana Gutiérrez, para tener un cruce seguro, solicitud que juntas vecinales del sector, han pedido a las autoridades, tras accidentes.
Ante lo expuesto, las inquietudes como peatón y ciudadano común, se detienen en ¿quiénes y cómo podrán avanzar en medidas que fortalezcan la seguridad del peatón en una ciudad diseñada para caminar, que se destaca por sus cortas distancias de un sector al otro, y que además, cuenta con un mundo vehicular nocturno latente?.