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La necesidad de comida y agua empuja a los animales salvajes a zonas urbanas

En España son los jabalíes y en Chile los zorros culpeos. Expertos explican qué se puede hacer frente al problema.
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Agencias

Cada vez son más los animales salvajes que se atreven a adentrarse en zonas urbanas, un entorno hostil para ellos al que osan acercarse en busca de alimento y agua, bienes que escasean en unos ecosistemas cada vez más degradados y pequeños y de los que han desaparecido sus depredadores naturales.

Esto, unido a que durante la pandemia se redujo el control "artificial" de las poblaciones mediante la caza, así como a las miles de hectáreas de bosque y monte arrasadas por el fuego y la sequía, hacen que estos animales pierdan el miedo y se acerquen más que nunca a las ciudades en un intento desesperado por sobrevivir, según expertos consultados por Efe.

Así, en estos días se hicieron virales imágenes de jabalíes compartiendo playa con bañistas en diversas zonas de España. Igualmente, agricultores de todas las regiones de ese país se quejan de que sus cultivos se ven diezmados por jabalíes, ciervos o muflones (caprino de grandes cuernos).

En un intento de frenar el avance de estas especies, Andalucía permitirá su caza selectiva, tras vincular su acercamiento con la falta de agua y de alimentos provocada por la sequía y con una densidad inadecuada de sus poblaciones.

En Santiago, sin ir más lejos, esta semana el Servicio Agrícola y Ganadero estuvo varios días tras un zorro culpeo que recorrió desde Plaza Egaña, en Ñuñoa, hasta el Parque Araucano, en Las Condes.

Espacios robados

"La explicación es múltiple, estamos ante una tormenta perfecta para que ésto pase", dijo el responsable de Gobernanza Ambiental de SEO/BirdLife, Juan Carlos Atienza.

Lo primero a tener en cuenta es que los ecosistemas están gravemente alterados por la actividad humana y en muchos de ellos, "hemos eliminado a los depredadores", como el lobo, lo que hace que las poblaciones se hayan disparado.

Además, cada vez ejercemos más presión sobre la naturaleza para dar cabida al aumento de la población y los turistas. "Hay más urbanizaciones, carreteras, vías... que nunca. Robamos cada vez más espacio a la naturaleza y los espacios naturales son cada vez más pequeños, de forma que los animales no encuentran en ellos recursos suficientes para alimentarse", advirtió.

Todo esto, sumado a efectos del cambio climático como la sequía persistente o las cada vez más intensas olas de calor, "les empuja a buscar alimento y agua en zonas urbanas y periurbanas", en las que encuentran fuentes o cañerías de las que beber y basuras de las que comer.

"Para ellos, estar cerca del ser humano es un riesgo, si lo hacen es por necesidad", insistió Atienza, que señaló que la solución no pasa por simplemente habilitar su caza, si no restaurar la naturaleza "para que tengan en ella todo lo que necesitan".

Las poblaciones de jabalíes en las playas españolas, por ejemplo, se regulaban gracias a depredadores como el lobo, que ha desaparecido y cuyas funciones han sido sustituidas "artificialmente" por el ser humano con la caza, dijo la veterinaria de Bioparc Fuengirola Rosa Martínez.

Sin embargo, el confinamiento por el covid-19 impidió salir a cazar y se redujo mucho ese control y ahora nos encontramos con poblaciones disparadas peleando por alimento y agua en espacios cada vez más degradados y, en muchos casos, arrasados por los incendios o la sequía.

"¿Por qué se acercan a las ciudades?. Pues porque allí no hay depredadores y porque hay basura de la que alimentarse", manifestó Martínez, que destacó el peligro de que transmitan enfermedades o se contagien de otras a las que normalmente no están expuestos, así como de provocar accidentes de tráfico o ser atropellados.

Aunque a corto plazo la mejor manera de controlar la situación sea la caza, la experta dice que las autoridades deberían centrarse en proteger sus hábitats, instalar basureros que no puedan abrir los animales y educar a las personas para que no los alimenten por pena.

El David estrena iluminación por los 150 años desde su llegada a la Academia

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Una nueva iluminación, más luz natural para "apreciar los detalles" de una "escultura admirable" en los diferentes momentos del día, es el regalo que la Galería de la Academia de Florencia hizo al David de Miguel Ángel para celebrar esta semana los 150 años desde que se expone en sus instalaciones.

La imponente escultura llegó a este pequeño edificio en 1872 para protegerlo del deterioro que sufría en su anterior ubicación, en Piazza della Signoria, y rodearlo de otras obras del gran artista del Renacimiento.

"El desplazamiento, impensable en nuestros tiempos, duró siete días, del 30 de julio al 8 agosto de 1873 y, debido al gran calor, tuvo lugar principalmente durante las primeras horas del mañana, de 4 a 11 de la mañana", recordó la Galería.

La necesidad de proteger al David de las inclemencias meteorológicas venía discutiéndose desde años atrás.

En 1482, el escultor Lorenzo Bartolini presentó el primer un proyecto, señalando que "la magnífica estatua" se estaba "deteriorando con el tiempo". Luego, en 1866, una comisión de artistas, científicos y técnicos evaluaron la urgencia de sacarlo de la plaza.

Siguiendo la sugerencia de Emilio De Fabris, uno de los arquitectos florentinos más autorizados, las autoridades decidieron entonces construir un nuevo espacio museístico.

Tras un año de trabajo, el traslado se completó hace 150 años y en el diario de operaciones quedó escrita una nota final: "Viernes 8 de agosto. Trasladado y montado en la base, donde permanecerá el tiempo que los dioses quieran".

Para mejorar su lucimiento, De Fabris diseñó "una verdadera tribuna en honor del artista supremo, un templo secular cubierto por una bóveda de cristal que garantizaría la iluminación más natural posible".

Ahora, esa tribuna mejorará la experiencia al visitante con un nuevo sistema de iluminación led y un tragaluz "más seguro y limpio", en el que "la luz natural se filtra excelentemente, iluminando el David, esculpido entre 1501 y 1504, permitiendo que sus detalles sean captados más claramente y dotándolo de un ambiente que cambia según el momento del día".