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y vivimos una experiencia muy de golpe.

-¿Afloró el pánico?

-Hubo de todo, hubo pánico, hubo gente que se quería bajar, hubo gente que se peleaba, salieron los odios ancestrales de Francia y Alemania, por ejemplo. Bueno, yo contemplé peleas entre franceses y alemanes, porque a uno de ellos le habían quitado una silla. A ver, cuando alguien tiene miedo se pueden registrar escenas terribles y absurdas.

-¿Lo tocó el miedo a la muerte?

-Yo capté que había mucha gente que tenía miedo a morir, mucha, yo me sentía al principio desconcertado, no sabía lo que estaba pasando, nos llegaban las informaciones con cuentagotas y al final pensé que el sitio más seguro es el barco. Al final pudimos desembarcar y nos dimos cuenta de la tremenda tragedia que estaba pasando. Bueno, a mí personalmente la muerte no me preocupa.

-Ha dicho que es un peaje que hay que pagar

-Sí, eso salió en un Caballo de Troya y alguien, cuando ya estaba publicado el libro, me insinuó que midiera los kilómetros que hay entre las tres ciudades grandes donde se apareció Jesús después de muerto, eran Alejandría, Tiro y Amán, yo hice la suma de los kilómetros y lo llevé a la Cábala y ahí aparece esa frase de "la muerte es un peaje necesario para la vida", y yo creo que es así, la muerte es una genialidad, el que inventó la muerte es un genio porque es una manera de pasar de la materia, de la imperfección, a otro estado, dimensión o lugar que no conocemos.

-Usted ha dicho que el 2027 un meteorito se estrellará contra la Tierra

-Sí, y ojalá me equivoque. Es otra información que me ha llegado, que intento confirmar y parece que sí, que el 2027 llegaría un asteroide de 28 kilómetros de longitud que, si fuera verdad, impactaría en el Atlántico a unos 200, 300 kilómetros de las islas Bermudas con lo cual el desastre sería inmenso, habrían unos mil 200 millones de muertos en 48 horas.

El exjuez que escribe novelas

En "Candy Candy Candy" (Trayecto) Gonzalo Garay pone a una colorina y a unos estudiantes en el centro de Concepción, Tomé y Coliumo de los años '80.
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Por Cristóbal Gaete

La voluntad de un adolescente se pone a prueba en "Candy Candy Candy" (Trayecto), la última novela de Gonzalo Garay. El autor es abogado, notario y conservador de bienes raíces en la comuna de Nueva Imperial, en la Región de la Araucanía. Antes publicó "El sueño de los justos", "Conociéndonos y otros cuentos", "Vicente" y "Cocina de autor".

"Candy, Candy, Candy" fue descrita por Fabián Llanca, en Las Últimas Noticias, como "un relato fragmentado en testimonios y confesiones que bien podrían formar parte de un expediente y que giran alrededor de tres mujeres con el mismo apelativo, que se confunden para oscurecer aún más las circunstancias en que se cometió el crimen".

¿Su protagonista es como todos los hombres? Garay es tajante: "Definitivamente no. No creo que exista un estereotipo masculino que pueda identificar a todo el género, menos en estos tiempos en que abunda la diversidad. Gaspar encarna a un tipo de hombre inseguro, machista, que carga con una historia de vida, con un ambiente que lo lleva a actuar de determinada manera. No olvidemos que se trata de un adolescente en los años 80, por cierto muy distinto de los jóvenes de esta época".

Antes de ser notario, Gonzalo Garay era juez, lo que le inhibía de publicar sus historias:tenía todos los ojos encima, porque los jueces tienen prohibición de hablar de ciertos temas. "Ahora que soy notario tengo más libertad y más tiempo para dedicarme a escribir", confiesa.

Años 80

En la novela "Candy Candy Candy" se escucha la música de la época y mucho más. "Los códigos, el estilo de sociedad, los cánones morales, todo era diferente en los 80", recalca el novelista.

Mas la novela no solo le da voz a sus protagonistas masculinos. También hay una colorina revolviendo la escena. Garay nos explica esta elección: "Los pelirrojos no representan más allá del 1,5% de la población mundial. Son pocos. Además, suelen ser personas más sensibles al dolor. El dato me pareció interesante para darle vida al personaje de Candy. Necesitaba dotarla de un aura de dulzura, de novedad".

"Candy..." parece ser todo lo que no es. En el libro hay un universo de relaciones tóxicas, un encuentro desesperado con el misterio. La novela se acerca al thriller, pero más que nada al frío escenario del mundo real, con una cuota de humor, decepción y perversión.

Amistad y amor

La novela pone en cuestión la relación de amistad y amor entre sus personajes. Garay nos señala las principales diferencias entre ellas:

"La amistad encierra cierto tipo de amor, un amor sereno y fuerte, una incondicionalidad superior al amor romántico. En la práctica, las verdaderas amistades suelen prolongarse más allá de las relaciones de pareja, eso dice algo. Quizá no le hemos dado tanta importancia a esa clase de vínculo, la literatura ha sido mezquina en ese sentido, su sitial merece una referencia más amplia y definitiva".

"La amistad difiere del amor romántico por la ausencia de atracción física, de pasión carnal. La amistad encarna un amor más puro, menos complejo, mientras que el amor romántico inunda nuestros órganos, remece el espíritu de otra manera, nos resta racionalidad e inclina a cometer estupideces. En suma, creo que se trata de amores que corren en paralelo, que a veces llegan a toparse", concluye.

UN MUNDO PENQUISTA

La novela toma una arista política en la época universitaria de los personajes, en Concepción. El autor comenta por qué insertó este tema:

"Parte importante del libro se desenvuelve en el Chile de los años 80, tiempo convulsionado, de mucha agitación política, especialmente en Concepción y su principal universidad, que tiene mucha historia relacionada al nacimiento de movimientos revolucionarios. No olvidemos que ahí surgió el MIR, en la escuela de medicina de la Universidad de Concepción".

Garay tomó su propia experiencia para elegir esta geografía: "Soy penquista, vivo en el sur, en Temuco. Es la realidad con la que crecí, la que habito. Hacer novelas que no se ambienten en Santiago no es novedad, hay muchas y muy buenas".

Como todo penquista, hoy orgullo en su elección: "Implica, de cierta forma, ampliar el abanico cultural y darle realce a una zona del país, como Concepción y sus alrededores, que poseen una rica historia literaria, teatral y musical; una región con vocación capitalina donde pasa mucho, pero que ante los ojos de la opinión pública cede ante el impulso centralista".

Gonzalo Garay lo asume casi como una misión: "Se impone correr el cerco, ver más allá de los ojos turbios de un Santiago estancado en los mismos temas y en el mismo estilo. La cultura en regiones está más viva que nunca y nos presenta escenarios fascinantes para construir las mejores historias".

"Candy Candy Candy"

"Gonzalo Garay Trayecto editorial 172 páginas $13.300