Avances en la igualdad de género

Hace menos de dos décadas la conmemoración del Día Internacional de la Mujer era solo parte de un festejo donde se solía hablar de igualdad por un día, pero poco se hacía el resto del año para fortalecer una política de género.

En la actualidad, pese a que aún existen muchas injusticias, esta fecha ya se ha transformado en un momento en el año para enfatizar un trabajo constante y donde miles de mujeres son partícipes y protagonistas principales, no solo beneficiarias.

Sin duda aún existen muchos desafíos y siempre es bueno recordar que queda bastante por hacer para lograr una real igualdad de género, no solo porque es moralmente necesario, sino porque las mujeres son incluso más de la mitad de la población nacional, específicamente 10.112.423, cifra que supera en 263.957 personas a los hombres, según el último Censo.

Según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) las brechas de género atraviesan los distintos aspectos laborales: ante igual cantidad de horas trabajadas, las mujeres reciben un ingreso promedio menor al de los hombres, y la diferencia más alta se da en las jornadas parciales (1 a 30 horas), donde las mujeres recibieron un 29,4% menos que los hombres.

Además, 8 de cada 10 jefaturas de hogares monoparentales son mujeres, las que recibieron en promedio ingresos por su trabajo un 35,6% menor que los hombres en igual situación.

Sin duda son cifras que han ido mejorando, pero aún requieren esfuerzos adicionales que van desde lo más básico como mejoras en el acceso e igualdad de oportunidades en la educación y capacitación, como también ya en el campo laboral.

Cabe destacar que las estadísticas de género capturan adecuadamente las diferencias y desigualdades en la situación de mujeres, hombres y personas no binarias en todas las áreas de sus vidas. En consecuencia, están presentes de manera transversal en los distintos ámbitos abordados por las estadísticas tradicionales (demografía y población, economía, mercado laboral, ingreso, seguridad y justicia, entre otros).

"Sin duda aún existen muchos desafíos y siempre es bueno recordar que queda bastante por hacer...".

¿Es Chile un país de ingenuos ?

La pregunta podría ser calificada impropia e incluso hostil, pero no es así, si consideramos los desaciertos que plagan la realidad nacional, en materias de legislación, seguridad, economía, y justicia social.

En realidad, esta característica que ha sido siempre parte de nuestra historia se comprueba fácilmente al mirar la ingenuidad de nuestros líderes políticos, destacada en la prensa nacional, cuyos reportajes nos plantean hacernos preguntas tales como: ¿es posible que la ley obligue - sin distinción - a todos los chilenos a mostrar su carnet de identidad al comprar bebidas alcohólicas? Sin duda la idea de legislar para identificar a menores de edad tratando de adquirir alcohol está plenamente justificada, pero; ¿es lógico exigirle la cédula de identidad a un señor de 77 años, para comprar una cerveza a la hora de almuerzo, cuando su evidente madurez física lo distingue meridianamente como un ciudadano mayor de edad, muy distante de constituir un peligro para la sociedad? Claro ejemplo de ingenuidad legislativa.

Dentro del mismo contexto, cabe preguntarse cómo es posible que los parlamentarios chilenos se asignen en forma autónoma su dieta parlamentaria, que más que duplica el equivalente percibido por sus pares en países como España, Francia, Portugal, Argentina y Finlandia? Pura "ingenuidad".

Otro ejemplo de esta conducta que parece ser parte de nuestra idiosincrasia, es la existencia de cientos de Notarías Públicas - que son realmente empresas privadas - cuya misión es velar por que se cumplan diversas exigencias legales de nuestra burocracia, por lo que debemos solicitar a un notario que valide con su firma la vigencia y el orden de los documentos necesarios para materializar contratos públicos y privados; trámite por el cual, tenemos que pagar lo que el Notario estime conveniente. Otro ejemplo de nuestra indiferencia ante lo absurdo.

Sin embargo, donde es más fuerte este rasgo de nuestra cultura, que preferiría llamarlo el "dejar hacer" de la democracia chilena, es en la administración de servicios en el área de la seguridad social y la salud.

Es Chile un país de ingenuos? la pregunta aun sigue sin respuesta.

"esta característica... se comprueba fácilmente al mirar la ingenuidad de nuestros líderes políticos".

Jaime Gómez Douzet, Doctor en Filosofía

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