Editorial
Lecciones de Dominga
Hace unos días el Gobierno anunció el rechazo al proyecto minero Dominga, luego de que el Consejo de Ministros no aprobara esta iniciativa que se desarrollaría en la comuna de La Higuera, en la región de Coquimbo y que se acuerdo a las planificaciones, movilizaría US$2.500 millones para su puesta en marcha, generando empleos y dinamismo económico en la zona.
La decisión del Consejo terminó por continuar con una serie de debates que durante más de una década se han dividido entre quienes aprueban esta inversión y quienes la rechazan. Por un lado, la ministra del medio ambiente Maisa Rojas argumentó que el rechazo se debe a una "decisión robusta, tratable y basada en evidencia técnica". Sin embargo, en la otra vereda están quienes hablan de motivaciones políticas.
Pero más allá de estos debates que son comunes ante la discusión de proyectos mineros, es interesante analizar el antes y después de la comuna de la Higuera, una comuna pobre de la región de Coquimbo, de la cual algunos sectores habían puesto grandes esperanzas en esta inversión.
Tras la decisión del Comité de Ministros, el gobierno anunció un plan de ayuda a la zona. Fue ministro de Economía Nicolás Grau quien declaró que desde el año pasado se trabaja con el Gobierno Regional de Coquimbo un plan de zona de rezago que incluye a la comuna de La Higuera.
Este hecho deja en evidencia la importancia de que el Estado se preocupe de las comunas pobres, alejadas e incluso fronterizas como la nuestra, no sólo cuando aparezcan estos conflictos. El Estado debe estar presente para que la inversión privada no lo ponga entre la espada y la pared, debido a su escaso aporte y la lejanía de una comuna que de pronto, se ve deslumbrada por una promesa de desarrollo con recursos que el país jamás le puso sobre la mesa.
Chile debe poner especial atención a aquellas comunas y regiones que no solo se sienten, sino que están en abandono, fruto de un círculo vicioso llamado centralismo, una suerte de "enfermedad congénita" de un país muy extenso, pero que a la luz de los hecho, siguen sin tener un tratamiento adecuado.
"El Estado debe estar más presente en las comunas pobres y alejadas, para que la inversión privada no lo ponga entre la espada y la pared".