Editorial
El verano y el borde costero
La llegada del vernos y de las vacaciones ofrece el momento para lucir uno de los oprincipales atractivos de nuestra región: sus playas. Y si de playas se trata, Arica destaca no sólo por la belleza natural de sus costas, sino que también por el trabajo que se ha realizado por ir hermoseando sus balnearios.
Algunos de ellos como Chinchorro, El Laucho o La Lisera cuentan con equipamiento que incluso, en el caso de los dos últimos balnearios, les permite estar en condiciones de funcionar durante todo el año, lo que por supuesto le da una ventaja comparativa a Arica respecto a cualquier otro balneario en el país.
Mucho se ha avanzado en hacer que las playas ariqueñas no sean solo, "arena, sol y mar", sino que haya mucho más que ofrecer. Que haya una intención y comodidades, incluso, que también puedan ser más amables e inclusivas.
Evidentemente, en estos avances también cabe la seguridad. Hay que recordar que estas playas cuentan con salvavidas, lo que permite que los bañistas cuenten con esta valiosa y vital ayuda para alguna emergencia. Es una presencia que hace la diferencia entre la vida y la muerte en muchos casos.
Espacios para emprendedores, ferias, eventos, jardines, juegos, y una serie de dependencias y prestaciones van de la mano de estos balnearios, con mucha participación privada, pero siempre con el liderazgo que debe tener el sector público a la hora de construir ciudad. Y más cuando se trata de una ciudad con características tan especiales como la nuestra, en términos turísticos y culturales. Y los avances se reconocen, pero así como se reconocen los avances, también se lamentan los estancamientos. Porque si bien el borde costero sur presenta adelantos que están a la vista, todo el sector norte, desde Chinchorro, tiene atrasos de décadas.
Arica, con los kilómetros de playas que tiene, pelea un lugar para los amantes del turismo veraniego con balnearios como La Serena, Coquimbo, Iquique, Caldera y Bahía Inglesa. Comunas que han realizado grandes inversiones para darle un sello a sus costas y una puesta en valor que potencie el turismo y la economía, algo que aún Arica no ha podido aprovechar.
"Se celebran los avances, pero también se lamentan los estancamientos que muestra Arica".