Editorial
Otra oportunidad
Cerca de tres meses tardaron los dirigentes de todo el espectro político en ponerse de acuerdo para definir el método de redacción de la nueva Constitución Política de Chile. Fue largo, demasiado para muchos y para otros lo suficiente con el fin de evitar que ocurran situaciones desagradables que eviten algún bombardeo a la línea de flotación del proyecto que dilapide la segunda y quizás la última oportunidad de contar con una carta Magna acorde a los tiempos.
Hay aspectos criticables que parten del convencimiento que las libertades de la antigua Convención Constitucional ya no existen, no se parte de fojas cero y las élites políticas seguirán dictando el camino por el cual debe transitar el país definiendo los principios y objetivos nacionales.
La existencia de una Comisión de Expertos, designada por el Congreso, que preparará un texto -el insumo como lo llaman- dará el punto de partida al debate que iniciará el Consejo Constitucional que estará conformado por 50 integrantes elegidos por votación popular y de carácter paritario, sin contar los escaños reservados para pueblos originarios que serán supernumerarios. Esa será la instancia democrática para discutir y avanzar en lo que los chilenos y chilenas esperan de esta nueva carta fundamental.
Habrá poco espacio para que ideas revolucionarias o demasiado elevadas (como se catalogaron) puedan ingresar en este escenario renovado, lo que de algún modo entrega mayor certeza respecto a que el texto redactado tendrá una mayor consistencia del que fue sometido a plebiscito el 4 de septiembre.
Son tiempos acotados, porque ya la última semana de noviembre o la primera de diciembre de 2023 deberemos participar del plebiscito de aprobación. Menos de un año, los que bajo el sistema de bases constitucionales y participación de expertos hace abrigar esperanzas en que se podrá cumplir con el compromiso de un proyecto que esté mucho más en sintonía con el Chile de hoy y lo que se proyecta para el futuro.
Hay trámites legislativos que tienen que cumplirse y allí se verá la cohesión parlamentaria para sacarlos prontamente y respetar el pacto firmado.
"Habrá poco espacio para que ideas revolucionarias o demasiado 'elevadas' puedan ingresar en este escenario".