Fieles se congregan en "fiesta chica" de Las Peñas
Celebración en santuario por la Inmaculada Concepción vuelve después del receso presencial por la pandemia. Actividades se extenderán hasta el sábado.
Una extensa agenda con actividades que comenzaron el miércoles, es la que preparó la Diócesis de San Marcos de Arica junto a las diversas Sociedades de Bailes Religiosos, para conmemorar la fiesta en honor a la Virgen de Las Peñas.
Se espera que hoy llegue la mayor cantidad de fieles a la llamada "fiesta chica" en Livilcar, a propósito de la celebración de la Inmaculada Concepción.
Según comentó el sacerdote Mauricio Cáceres, vicario general de la Diócesis de San Marcos de Arica, anoche se desarrolló la Misa de Vísperas. En el lugar, junto con la presentación de los bailes religiosos, se repartió el tradicional chocolate a los presentes.
A las 7:50 horas de hoy, en tanto, está programada la misa en memoria de los alférez. A las 9:30 horas se efectuará el izamiento del pabellón patrio, para continuar a las 10 de la mañana con la misa central en el santuario.
Durante todo el día se presentarán las sociedades de bailes religiosos y a las 21 horas se desarrollará la procesión. Para este viernes se esperan las eucaristías a las 10 de la mañana y a las 20:30 horas; mientras que la procesión será a las 22:30 horas.
El sábado a las 15:15 horas, se realizará la ceremonia de término de la fiesta y cierre de las puertas del templo, con la entrega oficial de la imagen por parte de la Sociedad Santuario de Livilcar "8 de diciembre" al Cuerpo de Alférez.
"Hoy celebramos el dogma de la fe de la Inmaculada Concepción de María, que señala que ella es libre del pecado original desde el primer momento de su concepción por los méritos de su hijo Jesucristo. Esta fiesta la celebramos en todas las parroquias, capillas, santuarios y grutas de nuestra diócesis, y de modo especial, con la fiesta de la Virgen de las Peñas en Livilcar", dijo el vicario.
Agregó que en esta ocasión la Iglesia llama a abrirnos a Dios, "que en María nos habla de lo que significa vivir la vida con sus altos y bajos, pero siempre con fe. Además, nos llama a tomar conciencia de nuestras actitudes y agradecer a Dios. Nos invita a tener esperanza y confianza en lo que Él quiere de nosotros, y hacerlo con cariño y paz, en una cultura de hermandad, encuentro que nuestra humanidad necesita hoy más que nunca".