Editorial
Déficit habitacional en la región
Según cifras entregadas por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo, 1.412 familias de la región viven en alguno de los 12 campamentos existentes en la zona, de las cuales el 1% corresponde a la población migrante a nivel nacional. La cifra refleja una crisis habitacional que es necesario enfrentar con ideas potentes y de corto plazo, antes que la situación sea aún más grave.
Si hacemos un simple ejercicio matemático y multiplicamos por cuatro -cantidad de personas de una familia promedio- llegaremos a que casi 6 mil personas entre adultos y niños viven en condiciones precarias y con pocas posibilidades de surgir en una zona identificada por la bonanza minera.
Gran parte de ellos son trabajadores extranjeros que dejaron sus tierras de origen en busca de mejores oportunidades. Estas les han llegado a medias y deben esforzarse para que la cotidianidad sea más llevadera y puedan salir adelante con sus hijos e hijas.
También hay un alto número de chilenos en similares condiciones y que han debido soportar en carne propia la dificultad de acceder a una solución habitacional.
Las cifras entregadas por el Minvu golpean duro a una sociedad, a una región y a un país que le ha costado avanzar en el tema de viviendas dignas.
La falta de una política clara, aplicable en el tiempo, ha dejado que los gobiernos impulsen iniciativas aisladas que no concluyen o que se desechan por prioridades que no se alcanzan a comprender.
Los campamentos son una herida que sangra y que por todos los medios requiere de un trabajo multidisciplinario que empiece con impulsar una política habitacional robusta a la que lleguen los que están primero en la fila y los más necesitados.
El actual gobierno se ha planteado un gran desafío en esta materia y ya está dando los primeros pasos con un paquete de medidas que pasa por la construcción de viviendas dignas y reactivar el sector que se ha visto afectado por el encarecimiento de los materiales.
Es posible dar buenas noticias, pero mejor es decir que es una tarea que se asume con el compromiso de lograrla por el bien del país y de sus habitantes.
"Las cifras entregadas por el Minvu golpean duro a una sociedad, a una región y a un país que le ha costado avanzar en viviendas dignas".