Editorial
El valor del voto obligatorio
Fueron las elecciones municipales del año 2012 los últimos comicios en Chile donde el voto fue obligatorio. En aquella oportunidad, poco más de 5,7 millones de personas ejercieron lo que en rigor en este tiempo era su deber cívico.
Diez años después, tras una década con el sufragio voluntario, el plebiscito de salida congregó más de 13 millones de votos. El regreso a una obligatoriedad que podría ser un nuevo tema de debate.
"Este proceso ha tenido la mayor convocatoria de ciudadanos en las urnas en toda nuestra historia. A nombre de todo Chile les agradezco al Servel, a las FF.AA. y a Carabineros y a todos los que participaron. En Chile, las instituciones funcionan", dijo el Presidente Gabriel Boric en su declaración desde La Moneda, una vez que el plebiscito había concluido y que sus resultados eran conocidos.
Y es que con un padrón electoral de más de 15.200.000 personas habilitadas para sufragar, hasta el cierre de las mesas, con el 99,99% de los votos escrutados, se contabilizaron 13.021.063 participantes del proceso. Lo que se traduce en una participación del 88%. En el extranjero, donde el voto siguió siendo voluntario, 55.668 personas se contaron. Esto, con el 94,73% de las mesas contabilizadas.
Todo esto es consecuencia del voto obligatorio. Si bien hay sectores que han defendido largamente el derecho a sufragio estrictamente como tal, un derecho, las evidencias dejan claro que para que exista una clara representatividad en el ejercicio de la democracia, la ciudadanía debe ser convocada no de manera opcional, sino que como un deber, a costa de ser sancionados. De ahí que se registrara decenas de miles de excusas en el país, en el caso de quienes no podían asistir a votar.
Sin duda, lo mejor que se puede rescatar tras esta jornada con voto obligatorio, es la representatividad del resultado. Hoy, con una votación tan masiva y resultados tan categóricos, no se puede desconocer la voluntad de la ciudadanía, lo que da lugar al más profundo respeto del proceso. Y eso es un logro para la democracia y da sustento a los caminos que el país debe tomar.
"Resistido por muchos, su regreso ha acuñado un resultado que no puede ser discutido".