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"Desde el confín"

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"Lo que yo quería era contar una historia íntima, contar la historia de estas personas, qué les pasó, y mientras más pensaba y estudiaba cómo era la gente en esa época, cómo veían el mundo, cómo hablaban, era un ir y venir...

María José Poblete

muy antigua, que siempre me ha rondado, y que es el tema de la identidad. Viví muchos años en Francia y en una conversación entre amigos me preguntaron por mis orígenes, si sabía quiénes eran mis antepasados. Les dije que en Chile no se hablaba mucho de eso, que había una historia de negación con los pueblos originarios y que nos habíamos perdido de hacer una reeconstrucción de nuestras raíces.

También el tema de la identidad asoma a su cabeza cuando da un vistazo a su niñez de recurrentes viajes y cada nueva casilla donde debía encajar tras esas mudanzas.

"Siempre hay un otro en los lugares nuevos, y también se presenta la necesidad de uno mismo deinirse como un otro, saber quién se es", admite María José Poblete.

-¿Por qué te interesó el tema de la Conquista, la colisión entre mundos?

-La Conquista es un tremendo lugar. Es brutal como escenario, violento pero también inevitable si piensas en la identidad y las voces que hay en ti. Me pareció un momento tan necesario de escuchar, poner toda la atención posible a estas voces distintas, creo que por eso tomó esa forma coral.

-¿Cuándo supiste que las voces de la yanacona y de la mapuche tomarían preponderancia?

-Lo que yo quería era contar una historia íntima, contar la historia de estas personas, qué les pasó, y mientras más pensaba y estudiaba cómo era la gente en esa época, cómo veían el mundo, cómo hablaban, era un ir y venir. Sentía que debían haber sido tremendamente infelices. Imagínate cuando la historia, con hache mayúscula, te atraviesa de punta a cabo. De la mapuche y la yanacona no tuve idea que iban a tomar protagonismo, empezaron a aparecer en la medida que iba escribiendo.

-Se habla poco de los yanaconas. ¿Qué piensas? ¿Jugaron un rol controvertido?

-Son destinos trágicos. La yanacona de mi novela dice que es doblemente demonio, todos la miran y se preguntan quién es. Yo siento una simpatía brutal con la yanacona. Ella no es de nadie, en el sentido que nadie la considera, ni siquiera dentro de los yanaconas es considerada una de ellos porque la miran con suspicacia porque está con un español. Los yanaconas fueron pueblos que pasaron de mano en mano, primero fueron esclavos de los incas y después de los españoles.

Nombrarlo todo

La violencia en los cuerpos y la violencia en el lenguaje también aparece entre las líneas de esta novela. En sus páginas finales incorpora un valioso glosario con términos como "reche" que es la gente verdadera, los originarios antes de la llegada de los españoles; o el vocablo inca "promaucaes", que es como se referían a los rebeldes no sometidos a su dominio.

-Cuéntame sobre el personaje de El Ojo, que tiene un rol como profético, ¿qué lo impulsa?

-Tiene un rol distinto en la narración. Su papel es contar la historia para un pueblo que no tiene escritura, él mantiene la identidad del pueblo. Habla desde lo colectivo, es muy fuerte en sus reflexiones, habla desde el un "nosotros". Es la identidad de un pueblo, pero desde una mirada my intimista, le da relato y cohesión a las vivencias individuales. Siempre habla frente a un grupo, ante el fogón, le da cierto sentido a este derrumbe de la civilización que hubo, que ocurrió.

- ¿"El Ojo" mantiene el futuro como algo posible"

-En un período de frecuentes guerras estaban muy agotadas las poblaciones locales. Vivían construyendo fuertes en las puntas de los cerros más altos. También abandonaban sus aldeas y las quemaban. Las familias se separaban, huían, estaban con una tristeza y cansancio profundo cuando llegaron los españoles así que "El Ojo" fue muy importante. Fue una manera en la cual la historia se expresó. Para los otros, para todos era necesario escucharlo, era un hogar, un cobijo.

"María José Poblete Seix Barral 264 páginas $17.900