Editorial
Redes y salud mental
Tom Holland, el actor que fuera protagonista de las últimas películas de Spider-Man, anunció que dejaba las redes sociales, usando precisamente su cuenta de Instagram para revelarlo. Posteriormente, eliminó su perfil y también hizo lo mismo con otra de las redes más usadas hoy por hoy, Twitter.
El británico de 26 años argumentó que dejaba las redes por una cuestión de "salud mental". Lamentablemente, explicó que este ambiente está afectando su vida emocional, debido a las cosas con las que se encontraba respecto de él en el ciberespacio.
Holland comentó que se había tomado un descanso de las redes sociales porque creía que ellas eran sobreestimulantes y abrumadoras. "Quedo atrapado y caigo en espiral cuando leo cosas sobre mí en línea y, en última instancia, es muy perjudicial para mi estado mental. Por ello, decidí dar un paso atrás y eliminar la aplicación", dijo.
La situación que vive Holland responde a las nuevas, pero no por ello alentadoras, dinámicas que caracterizan la comunicación y la manera de relacionarnos hoy con los demás, en donde el mundo virtual ha cobrado una importancia enorme.
Determinaciones como las de este actor las han seguido u otros las han tomado incluso antes, principalmente debido al lenguaje, las intenciones, interacciones, el descontrol y la odiosidad que se pueden encontrar en las redes sociales, las que se han transformado en una suerte de campo abierto, de muro para pintar todo tipo de garabatos, de manera que muchos asumen de manera impúdica y escudándose en el anonimato.
Se ha buscado crear leyes que sanciones el "libertinaje" en la red, como también se han realizado campañas, organismos e instituciones han impulsado el respeto y velado por la información correcta y sensata. Sin embargo, las redes sociales muchas veces terminan reflejando lo peor del ser humano.
La decisión de un famoso da cuenta de que el problema no está en los medios, sino en los usuarios, y que así como hay quienes están dispuestos a verse envueltos en un ambiente tan controvertido, hay quienes también prefieren dar un paso al costado.
"Para muchos, el mundo de las redes sociales se torna difícil de enfrentar e incluso, de sorportar".